Tres siglos dando brillo al lenguaje

La Real Academia Española (RAE) cumple 300 años limpiando, fijando y dando esplendor a la lengua castellana. Un trabajo realizado con ahínco durante los últimos tres siglos y que ha contado con la participación de 22 académicos nacidos en la comunidad gallega desde el momento de su fundación hasta la actualidad.

El primero de ellos fue el político y escritor Andrés González Barcia, miembro fundador de la Academia, siendo el último el economista José Benito Terceiro Lomba, quien tomó posesión de su cargo el pasado año. Sin olvidar a ilustres escritores como Camilo José Cela o Gonzalo Torrente Ballester, todos ellos han ido dejando su huella de muy diversas maneras en la insigne institución.

En la actualidad son cuatro los gallegos que ocupan alguna de las sillas de la Academia, lo que convierte a este período en el de mayor representatividad por parte de esta comunidad autónoma en la institución. Es de destacada importancia la figura del filólogo vilalbés Darío Villanueva quien, además de la silla D, ocupa el cargo de secretario de la institución. Son, asimismo, académicos el lingüista Guillermo Rojo -el más veterano tras ingresar en la Academia en 2001- y el escritor José María Merino, ambos nacidos en A Coruña, además del economista José B. Terceiro Lomba, el último en ingresar.

A juicio de Guillermo Rojo, «es importante que formen parte de la RAE personas de diferentes ámbitos profesionales vinculadas a Galicia», al tiempo que añade que «el diccionario de la Academia pretende reflejar el español general, resultado de toda la evolución histórica», añade. Por tanto, en su componente léxico está, afirma Rojo, «todo aquello que el español debe al gallego. Y también, claro, las palabras que presentan alguna peculiaridad en el español de Galicia». Esa influencia se refleja en las distintas ediciones del diccionario de la RAE. «En el editado en 2001 hay 70 palabras o acepciones que llevan la marca ‘Galicia’», atestigua.

UN PEDAZO DE HISTORIA

Emulando a la Academia Francesa, fundada por el cardenal Richelieu en 1635, la Real Academia Española nació con el objetivo de elaborar un diccionario de la lengua castellana lo más copioso posible, trantando de fijar sus voces y vocablos en su mayor propiedad, elegancia y pureza. Ese propósito se hizo realidad con la publicación del Diccionario de Autoridades, editado en seis volúmenes entre los años 1726 y 1739.

La RAE se creó en Madrid en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena, quien estuvo acompañado por varios ilustrados de la época, como nobles, clérigos y algunos altos funcionarios. Tras llevar a cabo la propuesta, formulada al rey Felipe V, Fernández Pacheco es elegido primer director de la institución hasta la fecha de su fallecimiento, en 1725.

Al político gallego Andrés González Barcia, su afición por la escritura de poesía y la comedia le hizo ser asiduo a una tertulia literaria que se celebraba regularmente en la casa del Marqués de Villena y a la que asistían personas de la élite intelectual de la época. Ese sería el germen de lo que hoy es la RAE, de la cual el propio González de Barcia sería uno de los 24 miembros fundadores y al que se le atribuye una labor importante en la confección del primer diccionario. González Barcia se convirtió, así, en el primer académico nacido en Galicia, aunque el político decidiese siendo muy joven abandonar su localidad natal para trasladarse a vivir a Madrid, motivo por el que hasta hace poco tiempo se le consideraba madrileño de cuna.

NUEVOS TIEMPOS

A lo largo de sus 300 años de historia, la institución ha ido adaptando sus funciones a las exigencias y necesidades de la sociedad de su tiempo, y la influencia de los literatos en el devenir de la RAE ha sufrido variaciones. «Los trabajos de la Academia están profesionalizados desde hace muchos años, de modo que no sucede ya lo que ocurría en épocas en las que la presencia de personas con conocimientos especiales acerca de las distintas variedades del español era la única -o casi única- vía de entrada de la información pertinente», comenta Guillermo Rojo.

Aunque el lingüista asegura que, en términos generales, «los académicos han cumplido siempre con lo que se les ha pedido y han contribuido a la mejora de las obras académicas en la medida de sus posibilidades».

Los estatutos vigentes en la actualidad, aprobados en el año 1993, establecen como objetivo fundamental de la Academia que dirige José Manuel Blecua «velar porque la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad». Guillermo Rojo destaca logros como «la creación y ampliación de los bancos de datos, que dan servicio a las academias y también a todos los investigadores». El lingüista también valora positivamente que en los últimos años se hayan «informatizado todas las tareas y obras académicas».

Además, en cuanto a la proyección exterior, destaca «la cada vez más estrecha colaboración con las demás academias, por una parte, y la mayor apertura de la RAE a la sociedad, incluida su presencia en las redes sociales, por otra». Para el académico gallego, las nuevas tecnologías «son parte fundamental del funcionamiento de sociedades como la nuestra y, por tanto, siempre han sido elementos decisivos en la vida de las lenguas».

VÍNCULO COMÚN

Los actos de celebración del 300 aniversario de la Academia, que pretenden llegar al mayor número posible de personas «unidas por el vínculo común de la lengua», indica, comenzaron con la exposición ‘La lengua y la palabra. Trescientos años de la Real Academia Española’, y se cerrarán en octubre de 2014 con la 23ª edición del Diccionario de la lengua y con un simposio internacional sobre ‘El futuro de los diccionarios en la era digital’.

Por otra parte, se llevarán también a cabo diversas actividades destinadas a recordar el papel que desempeña la Real Academia Española, con jornadas de puertas abiertas para abrir en mayor medida el organismo a la sociedad, la creación del premio Borau-RAE al mejor guión cinematográfico del año escrito en lengua española o el rodaje de un documental sobre la institución.

ILUSTRES LITERATOS DESDE 1713 HASTA HOY

Desde 1713 hasta la actualidad han sido 22 los nacidos en Galicia que han ocupado alguna de las sillas de la Academia. Andrés González Barcia, miembro fundador de la institución, fue el primero, y tras él han ido académicos escritores de la talla de Camilo José Cela o Gonzalo Torrente Ballester.

Camilo José CelaEl prolífico escritor nacido en Padrón, A Coruña, fue académico durante 45 años, tomando posesión en 1957 de la silla Q. Premiado con el Nobel de Literatura en el año 1989, el gallego es autor de obras maestras de las letras como ‘La colmena’, novela censurada en su momento en España y que se editó en 1951 en Buenos Aires; o ‘La familia de Pascual Duarte’, libro que inauguró un nuevo estilo en la narrativa española conocido como tremendismo.

Gonzalo Torrente Ballester. Considerado uno de los literatos más aclamados de su generación, el ferrolano ingresó en la Academia, ocupando la silla E, en 1977. Autor de obras cumbres de la literatura española como la novela ‘La isla de los jacintos cortados’ o la trilogía ‘Los gozos y las sombras’, su trabajo se vio muy vinculado al cine, habiendo participado en varios guiones. Recibió el Premio Nacional de Literatura en 1981.

CUATRO SILLAS CON ACENTO GALLEGO

DARÍO VILLANUEVA, filólogo
Un lucense de Vilalba como secretario de la institución

Darío Villanueva (Vilalba, 1950) forma parte de la RAE desde el año 2008, ocupando la silla D, y es secretario de la institución desde el año 2010. Doctor en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid, Villanueva es catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidade de Santiago de Compostela, de la que fue rector entre 1994 y 2002. Es correspondiente de la Academia Argentina de Letras, director del Consejo Científico de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y director literario de la Biblioteca Castro. Además, el lucense presidió la Asociación Española de Teoría de la Literatura. 

GUILLERMO ROJO, lingüista
El veterano, tras más de una década en la Academia

El doctor en Filología Románica y catedrático de Lingüística Española Guillermo Rojo (A Coruña, 1947) tomó posesión de la silla N de la RAE en el año 2001. Fue vocal de la Junta de Gobierno entre 2002 y 2003, y secretario de la Academia entre 2003 y 2007. Fue creador y director del banco de datos del español y delegado para proyectos lingüísticos. En la actualidad es director del Corpus del Siglo XXI (Corpes) y coordinador del área lingüística del Centro Ramón Piñeiro para la Investigación en Humanidades. Su actividad investigadora se centra en cuatro líneas fundamentales: teoría sintáctica, gramática del español, sociolingüística y lingüística de corpus.

JOSÉ MARÍA MERINO, escritor
El leonés nacido en A Coruña en los inicios de la posguerra

El escritor José María Merino (A Coruña, 1941) nació en Galicia debido a que su padre, miembro de la Federación Universitaria Escolar, tuvo que abandonar su León natal a causa de sus ideas, contrarias al régimen franquista. En 2009 tomó posesión de la silla m y es vicesecretario de la Academia desde 2010. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, fue director del Centro de las Letras Españolas del Ministerio de Cultura y colaborador en proyectos educativos de la Unesco para Hispanoamérica. La poesía centró en los inicios su obra literaria, extendiéndose más tarde a otros géneros como novela, la literatura infantil y juvenil y ensayo.

JOSÉ BENITO TERCEIRO, economista
Un economista, el último en ocupar uno de los sillones

El 18 de noviembre, el economista José Benito Terceiro (Santiago de Compostela, 1943) cumplirá un año como académico después de que sustituyera en el sillón f al también financiero Luis Ángel Rojo, fallecido en 2011. Terceiro es doctor en Ciencias Económicas y catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid. Es autor del primer diccionario de economía que se publicó en España en 1970 e investigador de los impactos socioeconómicos de las tecnologías de la información, con especial referencia a los medios impresos y las peculiaridades del digitalismo como una nueva forma de cultura.

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