Tres profesionales del sector analizan la situación que atraviesa la industria agroalimentaria

Rubén Chousa
Director general de Ingapan

''Somos la tercera generación''

Panadería Chousa, desde 1993 integrada en Ingapan, nació en 1959 en el barrio lucense de Sanfiz

En la actualidad, el grupo factura 81,5 millones al año y vende en 23 países de Asia, Europa y América

En 1959, cuando Manuel Chousa fundó su panadería en el barrio de Sanfiz de la capital lucense, no podría imaginar que sus descendientes iban a convertir el negocio familiar en un grupo empresarial que genera al año unos 81,5 millones de euros, tiene 440 trabajadores (el 80% mujeres) y distribuye en 23 países de los continentes americano, asiático y europeo.

Fue la segunda generación, de la que forma parte Rubén Chousa, director general e hijo del fundador, la que apostó por el desarrollo de la nueva tecnología y en 1993 nació Ingapan S.L.

Ya con la tercera generación familiar en cargos directivos se marcan un nuevo reto: los productos refrigerados, lo que le permite aumentar su facturación y su presencia en grandes superficies.

«La filosofía de nuestra empresa es la de las tres I: investigación, innovación e internacionalización», explica Rubén Chousa, que subraya que uno de sus productos estrella son las barras gallegas, de las que producen diariamente 150.000 y que pueden encontrarse en cualquier punto de España.

«Estamos reclamando para este producto una denominación de origen, porque a nivel popular ya existe el nombre de barra gallega prácticamente en toda España, donde es el segundo tipo de pan más consumido, detrás de la baguette, e, incluso, en el extranjero», aduce Chousa.

DELEGACIONES
La actual estructura empresarial de Ingapán es la de una gran empresa, con cuatro delegaciones propias (Lugo, A Coruña, Pontevedra y Tenerife); otras tantas oficinas comerciales (Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos, México y China); más de 180 distribuidores repartidos por la Península, Baleares y Canarias y diez plantas de fabricación, entre ellos varias en Lugo, Outeiro de Rei y Begonte, en la provincia de Lugo.

Ingapán comercializa cuatro marcas: Chousa, Kentes, Koama y Avoa, mientras que entre sus clientes se encuentran las principales cadenas de alimentación de España y muchas de hostelería.

FRANQUICIAS
Además de la fabricación de pan, empanadas y dulces, Ingapán dispone de una red de franquicias de panaderías, pastelerías y cafeterías (Don León, Dona y Uvepán) y de la marca Yaya María, exclusivamente destinada a la exportación.

En la comarca de Lugo están instaladas las industrias agroalimentarias con mayor facturación y número de trabajadores

José Luis Carrera
Propietario de la fábrica de productos lácteos Arqueixal, ligada a un complejo de turismo rural

''El agroturismo potencia la industria''

Arqueixal produce en Palas de Rei leche, yogures y quesos ecológicos desde el año 1989

En 2010 fue pionero en la creación de un complejo turístico ligado a la explotación ganadera y la fábrica

A finales de la década de los ochenta del pasado siglo, José Luis Carrera Valín decidió replantear la explotación ganadera que tenía y optó por la producción de leche ecológica, para su comercialización directa, su transformación en quesos, amparados por la denominación de origen Arzúa-Ulloa, y yogures ecológicos.

Arqueixal se ocupa, por lo tanto, de la obtención de la materia prima, su transformación, el envasado y etiquetado e, incluso, de su puesta en el mercado, fundamentalmente a través de pequeñas tiendas especializadas en productos ecológicos, pero también en el Corte Inglés, por ejemplo.

Su mercado es prioritariamente el gallego, aunque también se pueden encontrar productos de Arqueixal en Cataluña, Madrid y otras capitales españolas.

En 2010 (los datos de 2011 todavía no se conocen), esta agroindustria palense facturó unos 225.000 euros.

Al igual que otros industriales incluidos en denominaciones de origen, Carrera Valín destaca la importancia que este sello de calidad tiene a la hora de poner los productos en el mercado.

«Unos alimentos así no compiten en el precio, porque tienen unas características organolécticas que los diferencian y que atraen a una clientela bien informada de que son productos más sanos, además de proteger el medio ambiente», explica Carrera.

AGROTURISMO
Arqueixal decidió en 2010 dar un paso más en su consolidación, diversificando su oferta. Con este objetivo, Carrera Valín se ocupó de la restauración de seis edificios de la parroquia de Albá, situados al lado de la factoría, para convertirlos en un complejo de agroturismo.

El poblado, además, lleva la etiqueta de ecológico, porque los inmuebles fueron restaurados con criterios, materiales y servicios para proteger el medio ambiente, como energías renovables o pintura elaborada a partir de silicatos minerales.

«El poblado de turismo rural vinculado a la explotación de ganadería ecológica y la fábrica está funcionando bien», señala su propietario. En este sentido, añade que el agroturismo es «una forma ideal de promocionar nuestros productos, porque los visitantes los prueban y cuando regresan a sus lugares de origen acaban consumiéndolos».


Evaristo Rodríguez

Socio de la bodega Abadía da Cova, de O Saviñao

''Sin denominación non habería nada''

Bodegas Moure, fundada en 1958, se convirtió en 1988 en Abadía da Cova, que factura unos tres millones

Produce vino de Ribeira Sacra y aguardiente, que vende en España, EE.UU., Canadá, Inglaterra y Alemania

Evaristo Rodríguez López y José Manuel Moure decidieron en 1988 modernizar la bodega que el padre de José Manuel había fundado en A Cova, en el municipio de O Saviñao, a finales de la década de los cincuenta del pasado siglo.

«Cando se fundou Bodegas Moure non era unha época precisamente moi boa para os viños e os licores, pero foi tirando e, en 1988, antes aínda de que existise a denominación de orixen de Ribeira Sacra, fundamos a sociedade de Abadía da Cova, conscientes do potencial que tiñan os viños desta zona», explica Evaristo Rodríguez.

Participaron activamente en la lucha por conseguir la denominación de origen para el vino de la Ribeira Sacra y el aguardiente gallego, algo que consideran imprescindible para dar a conocer los productos y que fue muy eficaz. En este sentido, Evaristo Rodríguez asegura que «sin a denominación de orixen non somos nada no mercado, porque este selo é sinónimo de calidade e permite situarnos no mercado, incluso a nivel internacional».

Abadía da Cova tiene sus propias vides para la producción de uvas, pero es insuficiente para cubrir su demanda, por lo que también adquieren la materia prima a particulares de la zona incluida en la denominación.

Anualmente, parten de unos 400.000 kilos de uva, que se convierte en 320.000 botellas de vino y unas 300.000, de aguardiente al año.

La facturación anual de esta sociedad alcanzó en 2010 (las cifras de 2011 aún no están cerradas) de 3 millones de euros.

MERCADO
Por lo que se refiere al mercado del vino de Abadía da Cova, se distribuye fundamentalmente en Galicia, pero también se puede encontrar en Madrid, Barcelona y en las principales ciudades de la Cornisa Cantábrica.

La fama internacional que ha alcanzado el vino de la Ribeira Sacra, permite también a los caldos de Abadía da Cova estar en el mercado internacional, sobre todo en Estados Unidos, Inglaterra, Alemania y Canadá.

De cara al futuro, Evaristo Rodríguez reconoce el gran potencial que tiene el enoturismo, cuya promoción en Ribeira Sacra ya está en marcha, «como complemento ás bodegas e como forma de promoción dos nosos produtos, ademais da venta directa».

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