Tres días de aprendizaje y compañerismo

Alumnos del metal agudo (Foto: Baruk)
photo_camera Alumnos del metal agudo (Foto: Baruk)

Aprender no tiene por qué ser algo aburrido y, si no, que se lo digan a las cuatro decenas de músicos que asistieron durante estos tres últimos días al V Curso de Música organizado por la Banda de Vilalba.

Jóvenes todos ellos, desde los pequeñitos, que aún no han cumplido edades de dos cifras, hasta los mayores, que ya superan la veintena, se dieron cita en un curso que les sirvió para mejorar, conocer nuevas ideas musicales y, sobre todo, trabajar en equipo. Divididos en grupos según su instrumento, hubo alumnos y alumnas de flauta, clarinete y oboe, metal agudo, metal grave y percusión.

Las clases estuvieron divididas en dos partes: por la mañana clases individuales, en las que cada profesor se encargó de los problemas particulares de cada alumno; por la tarde, ensayos de banda, en los cuales aprendieron a tocar en conjunto al lado de los compañeros de otras especialidades.

En las jornadas de miércoles y jueves, los asistentes al curso pudieron disfrutar también de endos conciertos, impartidos por músicos profesionales -algunos de ellos profesores o alumnos del curso- con los que pudieron desarrollar su capacidad de escucha y observación.

Métodos

Cada uno de los profesores encargados de impartir el curso utilizó diferentes métodos para la enseñanza musical. Diego Ventoso, por ejemplo, descubrió a sus alumnos el mundo de la percusión manual, generalmente relegado a un segundo plano por culpa de las baquetas -palillos para tocar el tambor-, pero que, según palabras del maestro, «es la que más posibilidades técnicas y sonoras tiene».

Otro de los profesores, el clarinetista Darío Mariño, enseñó a los jóvenes músicos a ensayar cada obra basándose en las ideas de su compositor, para así entender mejor sus pretensiones estilísticas y musicales. Ignacio Fernández, profesor de metal grave, decidió juntar tanto a sus alumnos como a los de metal agudo durante el primer día para hacer ejercicios de escalas, sonido y afinación. Durante el resto de días, al igual que los otros maestros, para el trompetista José Rodríguez Ramos y el flautista Luís Perandones el método a seguir fue el de las enseñanzas individuales para cada uno de los músicos.

Fin de curso

En la jornada de ayer, que cerró el curso, gran parte de los asistentes se preparó para el gran concierto que tuvo lugar en el auditorio municipal. Allí, muchos de ellos demostraron lo aprendido en obras de cámara para los diferentes instrumentos, aparte de unirse a la Banda de Música de Vilalba para interpretar los temas que habían ensayado en las tardes anteriores. Y así, con ese final apoteósico, el curso se despidió hasta la edición del próximo año.

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