Tres bureleses, primeros en sufrir una condena de cárcel por ruido en Galicia

La Audiencia Provincial de Lugo emitió una sentencia por contaminación acústica contra los tres propietarios de un pub en Burela que es pionera en Galicia por dictaminar cárcel contra los infractores. Los abogados de la mujer denunciante de las molestias que en su casa les causaba el ruido de ese local nocturno la califican sin ambages como «ejemplarizante». Y es que J.M.G., A.M.B. y A.M.A., dueños de O Rincón do 10 ubicado en la calle Arcadio Pardiñas burelesa, fueron condenados a dos años y seis meses de prisión y privación del sufragio, a pagar una multa de unos 3.000 euros y una indemnización a la denunciante, M.R.M.F., de 18.000 euros.

Sus abogados, Rodrigo Fernández y Encarnación Bernal, comentan que «desde luego que es contundente, de eso no hay duda» y añaden que «incluso sabemos de jueces que estaban pendientes de ella». Ahora que la conocen la califican de «precursora y novedosa» y no dudan en anticipar que, de cara al futuro, en este tipo de casos «marcará un camino a seguir». M.R.M.F. dice que lleva 20 años luchando con denuncias, en los que acabó sufriendo «un auténtico calvario».

Al haber sido dictada por la Audiencia Provincial, ahora sólo cabe recurrir esta sentencia ante el Tribunal Supremo, cosa que los tres condenados anunciaron que harán.

Rodrigo Fernández señala que tanto él como su compañera están «muy contentos» por su cliente ya que recuerdan que «sufrió auténticas penurias y prácticamente le destrozaron la vida en estos veinte años que lleva luchando».

Este abogado también se pronunció sobre la decisión del juez de condenar a cárcel a los tres jóvenes, algo de lo que dijo que «no me alegro en absoluto, claro, pero es que la verdad es que se lo buscaron, porque nos cansamos de buscar una solución dialogada, tanto nosotros como abogados, como nuestra clienta, y durante muchos años».

Este extremo lo confirma la propia M.R.M.F., que dice que «eu son nai de dous fillos e sei o que ten que ser que os condenen a cárcel, pero é que estaban máis que avisados. Canseime de falar con eles, cheguei a invitalos a café, viñeron a reunións, e nada, nunca fixeron nin caso».

De estos veinte años, dice que los vivió como una condena porque encima padece de fibromialgia. «Meus pais nunca puideron quedarse na miña casa un fin de semana ou nas festas de Burela. Meus fillos nunca puideron traer a ninguén á casa a dormir. Eran eles os que se tiñan que ir, e cando eran nenos, crieinos durmindo no sofá de venres a domingo», dice.

M.R.M.F. relata que vivió episodios como que le aparecieran las ruedas pinchadas del coche o que «moita xente me deixara de falar», pero dice que ella se limitó a «loitar pola miña casa». Se queja de que el alcalde de Burela «sempre me deu largas» y hasta le negaban el acceso a los expedientes de sus propias denuncias.

Los condenados dicen respetar la sentencia pero «discrepamos abiertamente de la misma, existiendo diversos extremos en los que la entendemos desacertada y confiamos en que los mismos puedan ser rebatidos en el futuro recurso que se interpondrá».

PROBLEMAS
E
nfrentamientos entre vecinos y dueños que se repiten siempre

En los problemas del ruido los enfrentamientos entre vecinos y dueños de pubs están al orden del día. En este caso, M.R.M.F. recuerda que sufrió «moitísimas presións» por parte de los tres condenados, que dice que «me ninguneraron completamente, mirándome por riba do hombro. Non sei se é xente que cría que todo se amaña con cartos, pero eu confiei na Xustiza e de feito non a tomei pola miña man». Y eso que recuerda que tuvo que aguantar episodios «como cando lles daba por dedicarme cancións». En los últimos cuatro años dice haber presentado «máis de cen denuncias» y añade que «teño ido tres veces na mesma noite ó cuartel».

Precedente

En la misma localidad de Burela se había dado un juicio anterior por ruido, también en Arcadio Pardiñas y, al igual que en este caso, los dueños del pub y el denunciante riñeron y llegaron incluso a pelearse físicamente. El vecino ganó, pero la sentencia no tuvo nada que ver en dureza con esta.

60 euros al mes a un ribadense

El ribadense Antonio Gregorio fue el pionero en la comarca en llevar las molestias que sufría en su vivienda por el ruido de los pubs a los tribunales. Tras años y años de lucha, consiguió que se condenase al Concello por no defender su derecho al descanso y ahora debe recibir 60 euros al mes de las arcas municipales en compensación.

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