Trenes y buses

LOS RECELOS, retrasos y reticencias de Renfe a la hora de establecer el servicio ferroviario entre Lugo y Madrid, mediante el Alvia, fueron corregidos por el tiempo y por los hechos, al duplicarse el número de viajeros en tren desde que empezó a funcionar, en junio del pasado año. Es decir, que si el sistema carburaba mal, más bien era por sus deficiencias que por falta de usuarios. La conclusión puede aplicarse al (mal) funcionamiento del transporte en la ciudad, cuyo deterioro aumenta a medida que pasa el tiempo. No es que un servicio público tenga que ser siempre rentable, pero si no lo es, su perspectiva será siempre incierta. ¿Qué pasa? Muy sencillo: los lucenses no utilizan el bus porque no cumple las expectativas y los requisitos mínimos que requiere un servicio de estas características: rapidez, puntualidad, comodidad y asequible a todos los bolsillos. Cuando al pretendido destino se llega antes andando, lo lógico es que se prescinda de la locomoción, salvo en casos muy puntuales. Por eso que una nueva concesión, con igual organigrama, será más de lo mismo. Al tiempo.

Comentarios