Tres décadas en el mismo sillón

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Los alcaldes de Baleira y Paradela son los únicos de Lugo que siguen en el cargo tras ser elegidos en los comicios locales del 3 de abril de 1979, los primeros de la Transición a la democracia. Su homónimo de Sober, José Gómez, les gana en años como edil, pero sólo lleva dos meses como regidor.

Los mandatarios locales más veteranos de la provincia de Lugo, Francisco Acal Eirós y José Manuel Mato, vivieron en primera persona los cambios en la gestión municipal acaecidos en los treinta años transcurridos desde la celebración de las primeras elecciones municipales democráticas, el 3 de abril de 1979, en las que se estrenaron en el cargo. Mayor experiencia como edil tiene el alcalde soberino, José Gómez Sánchez, aunque es el más novel en el puesto, al que accedió hace dos meses, después de 35 años como concejal, tras la renuncia de Raquel Arias para presentarse a las elecciones autonómicas.

Ellos son el espejo donde se refleja el devenir democrático de sus municipios. Fueron testigos privilegiados del asentamiento de los partidos políticos, "cando a estrutura estaba formada por un grupo de amigos. As organizacións están hoxe máis despersonalizadas", explica Mato, así como las penurias de antaño, con presupuestos raquíticos y grandes carencias en infraestruturas básicas. "Entón buscaban xente que tivera relación co pobo, como era o meu caso, xa que me dedicaba a coller leite", afirma José Gómez.

Acal y Mato fueron elegidos como candidatos de UCD y desde entonces gobiernan de forma ininterrumpida. Son los regidores con más años en el cargo tras la retirada en 2007 del anterior alcalde de Alfoz, Antonio Gómez Rigueira, que había sido designado en 1969, y de la derrota electoral sufrida hace dos años por el xovense Jesús López González, que ejercía como primer edil desde 1975.

Ninguno de la época franquista
En Lugo no queda ningún regidor de la etapa franquista, aunque sí algunos ediles. Uno de ellos es José Gómez, concejal desde septiembre de 1973, que pasó la reválida democrática seis años después como número tres de la lista de UCD. Esta formación contaba con gran peso en el medio rural lucense a través de la Cámara Sindical Agraria, que presidía el lucense Antonio Rosón, dirigente del partido centrista en la provincia. Francisco Acal era presidente de la Cámara Agraria Local de Baleira y desde allí pasó al Ayuntamiento. El actual alcalde de Sober era vocal de este organismo. José Manuel Mato también estaba vinculado a esta institución y se convirtió entonces en el alcalde más joven de la provincia, con 24 años. "Se cadra outros non as tiñan todas consigo e puxeronme a min, pese a ser o máis novo. Aceptei con ilusión, movido pola  vocación de servizo, que penso que me vén da miña etapa de seminarista". 

Tras la desmenbración de UCD, Acal y Mato se sumaron al proyecto de Coalición Galega para recalar después en el PP, mientras que la mayoría gobernante en Sober se sumó en 1983 a Alianza Popular.

La nueva Ley de Bases de Régimen Local, pactada por PSOE y PP en 1986, para eliminar la representación proporcional en las juntas locales de gobierno redujo la capacidad de control de la oposición, que dejó de estar en este órgano municipal y vio limitada su labor al debate plenario. La nueva ley reforzó aún más el carácter presidencialista de las alcaldías.

Uno de los casos más llamativos fue el cese como integrante de la antigua comisión de gobierno vivariense de Melchor Roel, entonces en el PCG y ahora en el PSOE, por el entonces alcalde popular César Aja Mariño. Mato subraya que en los primeros años de la democracia antes había "unha maior tendencia á negociación, ao consenso. Agora existe máis partidismo".

Penurias
El verdadero salto fue el económico. A partir de mediados de los ochenta, la llegada de fondos autonómicos y europeos facilitó la creación de infraestructuras y dejó atrás los tiempos de graves carencias, en los que cada pequeña inversión era un gran éxito. José Manuel Mato recuerda que cuando tomo posesión del cargo sólo había cuatro sillas para los once concejales y los demás funcionarios. Lo primero que hizo fue corregir esta deficiencia. "Eran tempos de escasez, pero con pouco éramos felices. Dabámoslle moito valor á resolución de necesidades básicas", afirma. 

Francisco Acal vivió una experiencia similar. Las antiguas oficinas municipales compartían espacio con el juzgado de paz. "Toda a documentación collía nun armario que podería levar calquera, cando hoxe hai toneladas de papeis". El salón de plenos tenía un doble uso "e o xuíz tiña que agardar a que rematase a sesión".

Era una etapa en la que se priorizaban las obras de reelectrificación, alumbrado público y  arreglo de caminos. Así lo recuerdan los tres alcaldes. José Gómez resalta que, cuando tomó posesión como edil en Sober, las únicas carreteras existentes eran las de Canabal a Anllo y la de Monforte, que llegaba a Doade. "Había poucas pistas e moitos camiños", sen luces públicas", indica.

Las reivindicaciones vecinales iban dirigidas a esas necesidades, cuando ahora son pocas las actuaciones de este tipo que quedan pendientes. "Nós agora traballamos no remate da rede municipal de distribución de auga", asegura Acal.

Las demandas cambiaron con el tiempo y ahora se centran más en la cobertura de servicios sanitarios, de transporte y tecnológicos, "que no mundo rural non están á altura das zonas urbanas, o cal non só fomenta o abandono do campo, senón que causa unha  perda para a sociedade", explica el alcalde de Paradela. Los servicios sociales, antes inexistentes, experimentaron un gran avance.

Presupuestos
Los presupuestos municipales se incrementaron de forma progresiva. Este fenómeno generalizado tuvo menor incidencia en el caso de los municipios rurales con escasos recursos propios y con un alto grado de dependencia de las ayudas de otras administraciones. Los pequeños ayuntamientos ven reducida la aportación estatal "a medida que perdemos poboación", indica Acal. Tanto él como Mato denuncian el déficit de financiación y competencial de la admnistración local.

Sus menores recursos provocan que en Sober, Paradela o Baleira la deuda no sea tan elevada como en ayuntamientos de tipo medio, a veces a costa de renunciar a servicios o con una política de personal más restrictiva. La crítica situación de las economías municipales está provocada en gran parte por el aumento de la plantilla de forma exponencial, lo que situó el gasto por este concepto entre el 40% y el 60% del presupuesto. Mondoñedo o Cervo son ejemplos de ayuntamientos con menos de cinco mil habitantes y con más de un centenar de trabajadores.

La política se profesionalizó en estas tres décadas. Mato tiene sueldo, Francisco Acal nunca cobró y José Gómez no se asignó sueldo al estar jubilado, pero precisa que "antes traballabas sen interese económico, pero agora é normal que o alcalde teña soldo e os concelleiros indemnizacións".

Ninguna alcaldesa y curas en la poltrona
La incorporación de la mujer a los cargos públicos se consolidó en los últimos años, pero era prácticamente inexistente en 1979, Ese año no salió elegida ninguna alcaldesa en Lugo y la presencia femenina en las listas electorales era escasa. Esther Baamonde Díaz fue la primera regidora democrática  cuatro años después, en 1983, al frente del PP de Muras. El dominio de UCD fue aplastante. Le siguió en número de alcaldes Coalición Democrática, a la que pasaron parte de los ediles del partido centrista cuando desapareció en 1983. El presidente de la Diputación fue el ucedista focense Luis Cordeiro Rodríguez,

PSOE y BNG
El PSOE sólo logró las alcaldías de O Saviñao y O Courel y el BNG las de Bóveda, Láncara, As Nogais, Pedrafita y Ribeira de Piquín. Algunos sacerdotes estaban involucrados en la política, como el independiente de Cospeito Manuel Cabana, que gobernó hasta 1987, cuando fue reelegido por AP y dejó el cargo por incompatibilidad con el sacerdocio por orden del Obispado.

Otros curas regidores fueron el fonsagradino Manuel Lopez Vidal, párroco de A Trapa y candidato de UCD, que gobernó hasta 1987, y el nacionalista Xesús Luis López González, cura de Padornelo y alcalde de Pedrafita.

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