Trazos con visión de futuro

Tras quedarse en el paro, el pontés Iván Gómez decidió centrarse en el dibujo para buscar una salida laboral. Aprendió de forma "autodidacta total" y ahora realiza retratos por encargo, con la mirada fija en su próximo reto, tatuar
Iván Gómez, entre sus lápices de colores y algunos de sus retratos
photo_camera Iván Gómez, entre sus lápices de colores y algunos de sus retratos

"SIEMPRE ME GUSTÓ dibujar, pero empecé a centrarme de verdad el año pasado, tras quedarme en el paro", relata Iván Gómez, un artista autodidacta pontés que dibuja trazos con perspectivas de futuro. "Hago sobre todo retratos, pero mi idea es acabar tatuando", el sector donde realmente ve la salida laboral que está buscando. "El sueño es vivir de esto. Y con el tiempo abrir un negocio", dice, aunque reconoce que es algo que no se plantea a corto plazo.

Afincado en Narón y con 32 años, este pontés vive rodeado de lápices, mientras da vida en la hoja en blanco a los encargos que recibe. "Hago principalmente retratos, en blanco y negro o en color", dice. "De momento económicamente no compensa, pero es un apoyo", apunta, mientras indica que la Navidad es una buena época porque los Reyes y Papá Noel incluyen sus dibujos en muchas cartas este año.

"Una de las cosas que más me preocupa es que no se sientan ellos, que no se reconozcan en el retrato. Soy bastante minucioso y exigente", dice un joven que aprendió de forma "autodidacta total" a pintar caras hiperrrealistas, dibujando todos los días por su cuenta y viendo muchos vídeos en internet.

"La gente suele reaccionar muy bien, algunos alucinan", dice Iván, que asegura que es más difícil reflejar las caras de los niños que las de los mayores -"con la gente con arrugas tienes más margen de error, en los niños los tonos de la piel hay que conseguirlos exactos, pueden llegar a variar la expresión"- y que su parte favorita son los ojos. "Es lo que más me gusta, lo que le da vida al dibujo, y aunque para algunos parezca lo más difícil a mí personalmente me resulta más complicada una boca o una nariz porque hay más detalles de expresión", dice.

Sus primeros encargos se movieron entre conocidos y amigos, pero la redes sociales -tiene Instagram y Facebook- son "una herramienta muy potente" para multiplicar el boca a boca. Y la competencia, concretamente en el mundo del retrato, no es excesiva. "Hice alguna otra petición como un coche o una caricatura para una invitación de boda, pero no suelo hacer mucho", explica. Y mientras avanza en el mundo de los retratos, tiene su mirada fija en los trazos en los que quiere centrarse, los de tinta que se pintan con la piel como soporte.

"Compré un kit de tatuaje y estoy practicando. Tengo el curso que te pide Sanidad desde principios de este año, pero estoy empezando todavía", explica Iván, que confiesa entre risas que su primer modelo fue él mismo.

"Me hice unas letras en la pierna". ¿Y los siguientes? "Sobre todo familiares y amigos, siempre gente que confía en mí", contesta a la pregunta, y vuelve a reír. "Tatuar es un arte, hoy en día hay muchísima gente por las redes sociales que muestra su trabajo y algunos hacen barbaridades", dice, mientras asegura que seguirá con empeño ese camino.

Comentarios