Todo lo que has de saber acerca de las revisiones de calderas

Caldera
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El otoño ya está dejando ver los primeros descensos de temperatura. Los gallegos, en los últimos días, han empezado a notarlo a pesar de que afortunadamente sus domicilios permanecen a una óptima cifra de grados. Ello es fruto de disponer de una caldera cuyo funcionamiento sea correcto a todos los niveles.

Para garantizarlo es fundamental llevar a cabo el mantenimiento de calderas de gas, incluyendo las correspondientes revisiones. Sin embargo, no todos los lucenses saben exactamente cuándo deben realizarse y los beneficios que proporcionan

Período legal

Siguiendo el ejemplo de otros aparatos sensibles, existe un reglamento que determina los períodos máximos que pueden transcurrir entre una y otra revisión. En el caso de las calderas de gas es conocido bajo el nombre de RITE.

Al existir dispositivos de varios niveles de potencia también hay variantes en términos de periodicidad, aunque en este caso nos centraremos en el modelo más común. En Lugo la práctica totalidad de calderas disponen de una potencia inferior a 70 kilovatios.

Si también es tu caso has de saber que revisarla es obligatorio siempre que pasen dos años desde la última ocasión en la que un especialista acudió a tu domicilio para comprobar el estado del conjunto.

Más allá de la caldera en sí, las instalaciones adquieren una especial importancia. En este caso legalmente son cinco los años que, como máximo, pueden transcurrir entre dos revisiones.

Al período legal hay que sumar el del propio fabricante. ¿Sabías que algunos obligan a hacer las revisiones cada año? Así es, puesto que en caso contrario la garantía dejaría de tener validez. En caso de surgir algún problema sería el usuario quien debería hacerse cargo del importe derivado de la oportuna reparación.

Conviene destacar el hecho de que este tipo de revisiones son preventivas. El principal objetivo es el de evitar que surjan problemas de mayor o menor importancia a corto, medio y largo plazo, los cuales en un futuro podrían derivar en quebraderos de cabeza y facturas de considerable cuantía. Impedir que ello suceda es fácil, bastando con cumplir los períodos anteriormente descritos. Pero, ¿qué otros beneficios proporciona?

Ventajas a tener en cuenta

No todos los lucenses se muestran predispuestos a dar el paso de solicitar una revisión. Sin embargo, más allá de la obligación legal, son las siguientes ventajas las que acaban dando pie a que se decidan cuanto antes, encontrando un hueco en su apretada agenda para que un profesional vaya a su vivienda y compruebe el estado de la caldera y/o la instalación.

La primera de ellas guarda relación con la factura de la luz. Son muchas las ocasiones en las que un consumidor detecta un incremento del precio de la misma que no tiene explicación lógica. Afortunadamente el técnico acaba dando con la clave de este aumento: la presión con la que opera la caldera de gas no es la adecuada.

Efectivamente, este aspecto puede traducirse en un gasto innecesario de energía, el cual a lo largo de todo un año acaba notándose en forma de unos cuantos euros que se desperdician.

Es decir, el coste de las revisiones termina amortizándose con creces al recuperar la eficiencia que todo aparato de estas características debe ofrecer a sus respectivos propietarios.

Por desgracia el consumo de luz no es lo único que puede dispararse con el paso del tiempo, sino también la cifra de gases que son emitidos. Comprobar este detalle tan relevante es otra tarea más de las que efectúan los profesionales, abarcando no solo la revisión en sí, sino también una limpieza y la sustitución de aquellas piezas que presentan anomalías.

Precisamente gracias a la limpieza se obtiene otra ventaja impagable: el incremento del nivel de seguridad que es capaz de proporcionar la caldera. Ello traslada tranquilidad a quienes habitan en el domicilio en el que se encuentra instalada, sabiendo además que en momentos relevantes como tener que ducharse para ir al trabajo o calentarse en una fría noche otoñal el aparato no dejará de funcionar de forma repentina.

Finalmente, en líneas anteriores hemos mencionado que una revisión y su respectivo mantenimiento ayuda a que los problemas no terminen surgiendo con el consiguiente desembolso económico. Este aspecto también se traduce en otro trascendental beneficio.

Y es que, al presentar una menor cifra de contratiempos, sea cual sea el modelo de caldera de gas ve su vida útil considerablemente ampliada. Un total de tres lustros puede llegar a funcionar bajo condiciones óptimas de eficiencia.

Por todo ello es tan importante darle a tu caldera de gas el mantenimiento que necesita, especialmente cuando ya va teniendo una considerable cifra de años a sus espaldas. De hecho, en este caso los especialistas recomiendan acortar los plazos de las revisiones con tal de que todo el conjunto continúe funcionando a la perfección sin incrementar los importes de las facturas.

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