El heredero político de Rivas en Ribadeo y actual edil de Upri dice que su grupo sigue inalterable. Afirma que su predecesor fue un trabajador incansable y se extraña de que ahora salga un caso del año 2007.
el funcionamiento de Upri, anterior partido de Rivas, no se ve alterado por estos hechos, y su heredero, Tino Reymóndez, ve extraño que salga a la luz ahora un caso de 2007 «y anónimamente».
¿Sigue Upri con su trabajo?
En materia organizativa esto no nos afecta. Él pidiera la dimisión como presidente porque no podía seguir y yo estaba propuesto para nombrarme. Aún no se hizo, pero solo por agenda.
¿Le sorprendió todo esto?
Me sorprendió mucho el martes a mediodía al oírlo por los medios de comunicación. El sábado hablé con él y no me dijo nada. Nos duele mucho porque Upri es lo que es, un partido en el que no puedes trepar políticamente, solo trabajamos por Ribadeo y así vamos a seguir.
¿Pudo hablar con él?
Cuando me enteré lo llamé, y el hombre está afectado. Tendría la capacidad de no dimitir, pero en un acto de responsabilidad y coherencia dijo que si hay dudas sobre él, lo mejor es que se aparte de la política. Tiene una categoría personal envidiable, grande, y su dimisión fue un acto de responsabilidad que poca gente es tan valiente de tomar. Mire que es una duda de un correo electrónico de 2007, cuando no ostentaba ninguna responsabilidad. Y yo digo: ¿quién no trató de ayudar a un amigo? Eso sí, luego las responsabilidades, que las dirima el juez.
¿Qué dice la gente de Upri?
No tiene que ver con Upri. En lo que conozco, su categoría es impecable. No tenemos nada que ver porque eso no corresponde a Upri. Somos un partido con una idea bonita y estamos haciendo una labor. Él lo fundó pero seguimos ahí una serie de gente. Aún así, estos días son desagradables.
¿Qué imagen le queda de él?
Era un trabajador incansable. Íbamos a dar charlas por las noches y siempre nos pedía tener todo listo cueste lo que cueste. Él siempre lo hacía. Luego, eso sí, cada uno es responsable de sus actos y todo lo demás lo decidirá quien lo tenga que decidir.
