Temor a un cataclismo

Pilares de atención de la semana, además de las corrupciones y el caso Blesa, podrían fijarse en Bruselas y la decisión sobre los beneficios fiscales concedidos por los gobiernos de Aznar y Zapatero a los inversores del sector naval; el archivo por el Tribunal Supremo de la causa contra José Blanco; la dimisión de Manuel Fernández, después de 37 años al frente de la multinacional gallega Pescanova, y la liberación de las dos cooperantes españolas secuestradas en Kenia. Apuntemos un detalle de la crisis que sufrimos: el cierre hasta 2011 de casi una cuarta parte de los bares que había abiertos en Galicia en 2007. Esta dato no figura en los indicadores económicos pero dice mucho del calado y los cambios que deja esta recesión. La decisión de Bruselas sobre el ‘tax lease’ tiene una lectura económica y otra política. La económica, sobre el futuro inmediato del sector, no parece tan dramática como se temía. La presencia en Galicia de la petrolera mexicana Pemex parece asegurada, tanto en la participación accionarial en un astillero como con su pedidos. Las lecturas políticas son varias: el papel del comisario Joaquín Almunia; la patata caliente que le queda ahora al Gobierno español, que será el responsable de recuperar para la hacienda pública los beneficios fiscales otorgados a los grandes inversores en el sector naval entre 2007 y 2011, y, finalmente, será necesario ver cómo se tomaron estas decisiones sobre bonificaciones en España, sin que se instrumentalice en beneficio partidario de nadie. Porque algo se hizo de forma no correcta. El final de la causa contra José Blanco llega en términos políticos cuando los cambios en el socialismo gallego están encarrilados. La denuncia de Dorribo contra José Blanco paró en un tiempo crucial la carrera política de este. Besteiro es el hombre para el futuro próximo del PSOE gallego, con la tarea de levantar el partido.

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