Tecnología en Rozas

La puesta en marcha del centro de investigación de aviones no tripulados en Rozas lo vimos, cuando se anunció, positivo para Castro de Rei y para Lugo. Genera actividad económica, crea puestos de trabajo y supone la presencia de una actividad de innovación tecnológica. Si se cumplen, además, aunque solo sea en un porcentaje, los pronósticos que formulan las autoridades sobre la potencialidad de desarrollo de este centro, no puede haber duda alguna sobre las oportunidades que ofrece. «O sector industrial ten que ser un sector que vaia abrindo capacidades dentro da provincia» de Lugo, afirmó ayer Núñez Feijóo en Castro de Rei. Este es un camino concreto en esa dirección y en un sector de futuro. No es humo: arranca desde una realidad tangible y como centro mixto de la Xunta y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial. Algunas críticas que proponen el rechazo, minoritarias es cierto, podrían parecer, a veces, extraídas del discurso de una izquierda, antiamericana y anticpaitalista, en toma de posición dentro la antigua política de bloques con la URSS aún presente. Es evidente que los aviones no tripulados pueden y son utilizados, además de para usos civiles, para fines militares. Pero su empleo como arma o vehículo de guerra no le resta valor ni lo invalida para los importantes aprovechamientos civiles que se realizan ya con estos aviones no tripulados. No hay, o no debería haber, materia para que obtenga respuesta en la opinión pública una oposición a esta instalación tecnológica en Rozas. El movimiento debería ser más bien el contrario: generar por todas las vías las condiciones para que se hagan realidad las potencialidades que abre en Castro de Rei y en Lugo este nuevo centro de investigación en aviones no tripulados: Rozas como un polo de desarrollo tecnológico de referencia. Lugo necesita alternativas económicas de futuro, que fijen y atraigan población.

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