Sustraída una enorme cubierta en el albergue de la Protectora

Es la cuarta vez que los amigos de lo ajeno asaltan este verano el recinto de Santa María de Muxa
Una empleada contempla el canil que se quedó sin tejado
photo_camera Una empleada contempla el canil que se quedó sin tejado

Cualquier inmueble y cualquier material pueden ser objeto de deseo para los amigos de lo ajeno. Así lo pone de manifiesto el robo cometido este martes en el albergue que la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Lugo tiene en Codesido, en la parroquia de Santa María de Muxa. Los ladrones se llevaron la cubierta del canil más grande, cuando daba cobijo a más de una docena de perros de mediano y gran tamaño.

Cuando los empleados del albergue llegaron este martes a las nueve de la mañana lo primero que pensaron es que un vendaval había hecho volar esa cubierta, de unos 50 metros cuadrados de superficie. Pero pronto encontraron respuesta a esa sorpresa inicial al ver decenas de tornillos esparcidos por el suelo.

Los ladrones -suponen que fueron varios dada la ardua labor de desmontaje que fue precisa- accedieron por la finca que hay detrás del albergue. Arrimaron una furgoneta o un camión al cierre, que tiene unos dos metros y medio de alto. En el terreno quedaron rodadas de los neumáticos del vehículo. Después se subieron al muro y saltaron al codiciado tejado, que estaba otro metro más arriba.

Se pusieron manos a la obra y desatornillaron una a una todas las piezas metálicas que sujetaban la cubierta. Se llevaron casi una decena de planchas de unos 6 metros de largo. Un minucioso trabajo que, según apuntó el vicepresidente de la Protectora, Alberto Sánchez, les pudo llevar "al menos un par de horas". "Se tomaron todo el tiempo que quisieron", agregó.

Un directivo de esta sociedad presentó este martes la correspondiente denuncia en comisaría. Una dotación de la Policía Científica inspeccionaba horas después el lugar del robo.

La cubierta de panel de sandwich sustraída fue valorada entre 800 y 1.000 euros. Este asalto se produjo entre las seis de la tarde del pasado lunes y las nueve de la mañana de este martes, cuando el albergue estaba cerrado, ya que no tuvieron ninguna recogida nocturna. "Estamos sorprendidos. Otras veces forzaron la puerta de entrada, miraban lo que se podían llevar y al intentar acceder a la oficina se marchaban porque saltaba la alarma", explicó Alberto Sánchez.

LA HISTORIA SE REPITE. A los directivos de la Protectora lucense les pilló por sorpresa el material sustraído, unos 50 metros cuadrados de cubierta metálica, pero no el asalto en sí. Desgraciadamente ya comienzan a estar acostumbrados. Solo este verano han sido víctimas de cuatro robos en el albergue de Santa María de Muxa, aunque en las anteriores ocasionen el botín fue menos cuantioso.

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