En un mercado saturado de todo tipo de productos, y con nuevos canales de venta como los que introduce la nueva era digital, a veces como consumidores nos sentimos algo confusos.
El cuidado del cuerpo en todas sus facetas es otra de las tendencias en alza, que, junto a las nuevas tecnologías, conforman el panorama de la sociedad actual y futura. Esto es especialmente llamativo en Internet, donde los contenidos relativos a la salud y al cuerpo son abundantes y variopintos. Y como hay tanta oferta, pues lógicamente, nos encontramos de todo. Desde productos con cierta solera y reconocido prestigio, hasta algunos de dudosa fiabilidad.
Para ayudarnos a navegar en esta miríada de suplementos dietéticos, remedios naturales, dispositivos para la salud y terapias alternativas, surgen diversas páginas web con información más o menos fiable, canales de YouTube donde nos ofrecen consejo, e incluso Apps para controlar nuestras funciones vitales.
Pareciera que ahora más que nunca podemos vivir sanos y felices hasta los 100 años, como si fuéramos una suerte de hijos de un dios griego, mitad hombres, mitad divinidad. Aunque la verdad es que el efecto final en el navegante se parece más a un empacho de información.
Cuando los consejos son la guía
Una de las herramientas más útiles para poder seleccionar y conocer productos relativos a la salud que nos interesan son los blogs. En concreto, existen diversas páginas web que nos presentan artículos variados, algunos de ellos relatando las propiedades de tal o cual suplemento.
Cuando nos encontremos con uno, bien a través de una búsqueda de Google, bien enlazado desde otro lugar, ¿cómo sabremos que su información es veraz y fiable?
Dicen que el sentido común es el menos común de los sentidos. Pero no está de más usarlo de vez en cuando. Por regla general, una web que trata sobre la salud nos “dirá” si es fiable con tan solo fijarnos en algunos detalles:
⦁ Una web seria nunca trata de sustituir a nuestro médico. Nos debe advertir siempre antes de incitarnos a seguir una determinada dieta o tomar un producto que pueda afectar a nuestra salud, aconsejándonos visitar a un facultativo titulado.
⦁ Por lo general, siempre aconseja de una forma prudente. Y ofrece información que podemos contrastar.
⦁ Su redacción tiene un nivel adecuado a un profesional. Parece algo obvio, pero si uno no sabe escribir, ¿cómo va a pretender aconsejar a los demás? La cultura empieza con la comunicación.
⦁ No ofrece remedios milagrosos. Y es que en algunos blogs todavía se puede leer que el cáncer se cura con ajos y zumo de limón.
Como vemos, tan solo hay que tener un poco de vista a la hora de seleccionar la información.
Siguiendo estos consejos, encontramos algunas páginas web realmente prometedoras, como Tenga Salud, donde por ejemplo nos relatan su experiencia con un suplemento para adelgazar: este artículo explica cómo se usa, sus ingredientes, efectos, etc. Se denomina Eco Slim, y al parecer está bastante bien presentado.
Es difícil valorar si estos suplementos para adelgazar funcionan. A veces incluso se usan para poder comer más o con menos remordimientos (como si tomando el producto estuviéramos equilibrando el efecto del glaseado o la tarta en nuestro abdomen).
Lo que sí parece claro es que, ya hablando concretamente de Eco Slim, que es el producto que hemos enlazado antes, los ingredientes son bastante 'tradicionales', usando lo habitual dentro del espectro de los ingredientes naturales. La cafeína o la Garcinia Cambogia son ejemplos de ellos. Hay estudios científicos detrás, no seré yo el que diga que no funciona. Pero eso sí, los milagros, a Lourdes.
