Stainbrook lidera una batería interior arrolladora

A MATT HAY que quererle. Si en tu vida encuentras a alguien que no sienta simpatía por Stainbrook, desconfía. El norteamericano marca las diferencias en la categoría y lo hace con una impronta personal propia de los más grandes. Stainbrook llegó la temporada pasada fuera de forma, se puso las pilas a base de trabajo y se ganó el corazón de la hinchada. Este año comenzó siendo uno de los jugadores más determinantes en la LEB Oro, tuvo que partir hacia Estados Unidos por temas burocráticos y a la vuelta perdió esa chispa, aunque siempre aportaba cosas al equipo. Rebotea, anota, asiste y actúa con inteligencia en cada uno de sus movimientos. Los jugadores exteriores saben que pueden darle el balón al estadounidense, que lo recibirán en unas condiciones mejores; los interiores, un aliado en la zona; los aficionados, un ídolo con todas letras del abecedario. Y en mayúscula. 

CUALQUIER ENTRENADOR desea tener un jugador como Guille Rubio en su plantilla. El pívot catalán reúne los requisitos que hacen que un equipo mejore cuando él está en la pista: conocimiento del juego, experiencia, sacrificio, intensidad y la capacidad para crecerse en los momentos importantes. Lezkano necesitaba un veterano en la pintura y Guille sabe latín. En la memoria de la afición celeste quedará para el recuerdo su MVP de la Copa Princesa, pero la temporada de Rubio es para sacarse el sombrero. Prueba de ello fue la reacción tras la lesión que sufrió contra el Araberri y que lo apartó de las canchas hasta el final de temporada; una pérdida importante que, sin embargo, reforzó su imagen de líder en el vestuario. El interior del Breogán sumaba a pesar de no poder estar ni un minuto sobre la pista. Y eso es un auténtico lujo para cualquier vestuario que se precie.

EL CUERPO TÉCNICO del Cafés Candelas Breogán siempre tuvo en el punto de mira a Emir Sulejmanovic. Era su objetivo para el puesto de ‘cuatro’ y el jugador bosnio se hizo de rogar. La verdad es que no le seducía jugar en la LEB Oro. Pertenece a la disciplina del Fuenlabrada y a nadie le gusta bajar un escalón. No se le puede reprochar nada por eso. Pero finalmente, Sulejmanovic aceptó la invitación de formar parte del equipo lucense y, desde el primer momento, se sintió como en casa. Y cuando uno está cómodo es cuando mejor rinde. El jugador balcánico demostró que esta categoría se le queda un poco pequeña. Amenaza desde fuera con su lanzamiento, domina por dentro con su fuerza y agilidad... sin duda, es uno de los mejores ‘cuatro’ de la Liga y uno de los culpables de que el Breogán esté a un peldaño de lograr la gloria, el mismo que bajó hace unos meses Emir Sulejmanovic.

ES DIFÍCIL encontrar a un jugador como Leonardo Demetrio, un pívot con la agilidad de un alero al que le gusta vivir por encima del aro. El brasileño ha sido una pieza fundamental para la gran temporada del equipo lucense. Es un especialista en acabar hacia abajo los pick and roll, pero también brilla en los aspectos más terrenales, como puede ser rebotear (sobre todo en ataque) o anotar desde media y corta distancia. Demetrio ha sido uno de los jugadores más utilizados por Natxo Lezkano en la presente temporada y el brasileño ha respondido manteniendo una línea regular de la que el equipo se ha beneficiado. Casi todos los entrenadores que se han medido con el Breogán esta temporada han destacado como principal potencial del equipo lucense su juego bajo los tableros, y ahí uno de los principales culpables es Leonardo Demetrio, un fino pívot con alma de alero.

LA INCÓGNITA más divertida del Pazo en años se llama Hervé Kabasele. Este prodigio físico de la naturaleza llegó a Lugo a principios de diciembre, con la temporada ya empezada y una dinámica muy diferente, pero lo primero que hizo, en sus primeros segundos con la camiseta breoganista, fue poner un tapón que levantó a toda la grada del coliseo lucense. La anécdota se convirtió en algo serio cuando, en el partido siguiente, volvió a hacer exactamente lo mismo. El pívot congoleño dio muestras de lo que puede llegar a ser, un interior dominante con un gran poder de intimidación, aunque todavía es muy pronto para evaluar a un deportista al que le queda un tiempo para adaptarse al baloncesto europeo. Si consigue interiorizar las mecánicas y movimientos del baloncesto de élite, podríamos estar ante un jugador muy importante. Hasta el momento acumula apenas 30 minutos en la liga.