Sonia Fernández-Vidal: ''El universo es un espacio de locura, pero ordenada''

Sonia Fernández-Vidal es una brillante investigadora y un referente en la divulgación científica en España de temas relacionados con la física cuántica, una entelequia para la mayoría de los mortales, pero que ella logra hacer comprensible y apasionante. Así lo ha demostrado, una vez más, con el libro que cierra su trilogía sobre este tema.

¿Qué la llevó a escribir ‘Desayuno con partículas’?

Esta es la culminación de una trilogía iniciada hace tres años. El primer libro fue ‘La puerta de los tres cerrojo’, un cuento para niños también sobre física cuántica. Después vino ‘Quantic love’, una historia de amor para jóvenes que sucedía en el CERN, y un poco para cerrar todas las edades y estilos, pues surgió este ‘Desayuno con partículas’, que aborda la mecánica cuántica de una manera amena y accesible para todos los públicos. El libro está escrito en colaboración con el periodista Francesc Miralles.

¿Cuál es el objetivo de todos ellos?

Acercar una ciencia moderna como es la física cuántica -algo que a mí me apasiona, me parece tan interesante y a la que se puede sacar tanta sustancia- a la gente que antes jamás se habría planteado acercarse a ella. Por eso tratamos de hacerlo de una forma entretenida, dándole un título fresco y ameno, con una palabra tan cotidiana como desayuno. Por otro lado, recuerda a ‘Desayuno con diamantes’, un juego de palabras que ayuda a romper el hielo.

Háblenos del contenido.

Es un paseo por toda la física moderna, desde los pitagóricos hasta el nacimiento de la física cuántica.

¿No cree que el tema del libro tirará para atrás a todas esas personas cuyo recuerdo escolar de la física y las matemáticas es nefasto?

Ese es uno de los principales dramas. Todo el mundo recuerda los años de bachillerato y el sufrimiento que le producían esas materias, cuando encierran tanta belleza y una pasión tremenda: ¡la pasión por descubrir!

Entonces, destruya fantasmas, ¿qué hay de apasionante en esta ciencia?

La teoría cuántica describe como se comportan en el universo diminutas partículas, más pequeñas que los átomos, que son los ladrillos que construyen todo lo que nos rodea. Las reglas que rigen estas partículas son realmente extravagantes y nos obligan a ver las cosas de forma totalmente diferente, a cuestionarlo todo. De repente algo podría estar en dos sitios a la vez, atravesar paredes, etc. Es todo un mundo nuevo de posibilidades que hasta hace poco parecían ciencia ficción.

¿El universo se ha vuelto loco?

Es un espacio de locura ordenada, eso es lo fascinante. Eso es lo que desencadena tantas fantasías y esas conexiones fantasmagóricas que evidencian que el universo es un ente vivo, condenado por los humanos.

¿Qué hay de fantasía y qué de filosofía en esta ciencia?

Una se retroalimenta de la otra para seguir avanzando y rompiendo los moldes que revolucionaron el mundo científico. La física cuántica cuestinó el determinismo y abrió la puerta a una serie de realidades que dieron lugar a un desarrollo tecnológico del que se beneficia todo el mundo: los hornos microondas, la apertura mecánica de las puertas, los teléfonos móviles, la resonancia magnética... En definitiva, toda la tecnología electrónica moderna es fruto de la física cuántica.

Entonces ya no es ciencia ficción...

Por supuesto. Es una de las ciencias más exactas que hemos tenido. Prueba de ello es que un tercio de la economía mundial se basa en la física cuántica.

Una de las preocupaciones sociales más importantes es la salud, ¿cuál es su aportación en este campo?

La aportación es enorme. Por ejemplo, toda la aparatología para la detección precoz de cánceres, e incluso algunos tratamientos para destruir ciertos tipos de ellos, o la resonancia magnética son solo algunos ejemplos.

En su libro dice que si el cerebro humano abriera todas sus puertas descubriría un mundo increíble.

El primer paso y más interesante es ser conscientes de que vivimos la realidad desde nuestra percepción, pero lo hacemos día a día pensando que lo que presenciamos es la verdad absoluta. El hecho de que cuestionemos que no hay una realidad objetiva final, sino que nosotros la filtramos con nuestra percepción, es un gran paso.

Esta tesis debió causar grandes controversias.

Una de las mayores en el campo de la física de finales del siglo XX: enfrentarse a que no descubrimos la realidad objetiva fue difícil. No obstante, partiendo de la alegoría del mito de la caverna de Platón, hoy somos conscientes de que trabajamos con un conjunto de sombras y no con objetos reales.

Uno de los ámbitos que se ha resentido a causa de la crisis es la investigación, ¿qué consecuencias se derivarán de ello?

La situación de la investigación en España es muy crítica. Estudios serios afirman que si se siguen haciendo estos recortes, España quedará perjudicada durante al menos 20 años. La inversión en I+D se redujo más del 30% en los últimos años, lo que acarreará situaciones dramáticas para nosotros a largo plazo. Los países más desarrollados tienen una gran inversión en I+D porque les resulta muy rentable a largo plazo.

¿La cultura científica es una asignatura pendiente en España?

Sí, en este país falta cultura científica y no es cuestión de cambiar planes de estudio ni cosas así. Es necesario que se desarrolle en la sociedad. Solo con que la mitad de la gente despierte, en pocos años seremos punteros en ciencia en España.

¿Por eso escribe para el gran público sobre ciencia?

Es importante que la ciencia atraiga no solo a los especialistas, por eso siempre he tratado de establecer un puente, para que cualquier persona pueda difrutar de ella.

DE CERCA

Orígenes

Sonia Fernández-Vidal es una escritora y divulgadora científica nacida el 8 de marzo de 1978 en Barcelona.

Trayectoria

Doctora en Óptica e Información Cuántica por la Autónoma de Barcelona, en 2003, a través de CERN, colaboró en el proyecto LHC. En 2005, con la división teórica en Los Alamos National Lab LANL ,en un proyecto sobre la decoherencia e información cuántica.

En 2006 participó en un proyecto europeo sobre computación cuántica escalable con luz y átomos a través del Instituto de Ciencias Fotónicas. Desde el 2009 trabaja como docente e investigadora en la Universidad Autónoma de Barcelona y ofrece charlas de divulgación.

Éxito editorial

Autora de ‘La puerta de los tres cerrojos’ y ‘Quantic love ‘ (La Galera, 2011 y 2012), este encabezó la lista de libros más vendidos. El primero fue elogiado por destacadas personalidades como el Nobel de la Paz Muhammad Yunus, vendiéndose los derechos de edición en 11 idiomas.

‘Desayuno con partículas’ (Plaza y Janés) está escrito en colaboración con el periodista Francesc Miralles.

Un científico de la Nasa dijo en una ocasión que cuanto más descubría el universo, más se afianzaba su creencia en la existencia de Dios. ¿No choca necesariamente lo empírico y lo espiritual?

Al investigar compruebas que la ciencia te acompaña hasta un abismo, que ya no te da más respuestas. Es entonces cuando surge la sensación de fascinación, que cada uno experimenta de forma distinta.

Ante la situación que atraviesa el campo de la investigación, ¿no ha sentido nunca la tentación de tirar la toalla?

En absoluto. Cuanto más consciete eres de lo que no sabes, de que está todo por descubrir, es más difícil amargarse. Lo importante es el día a día. En estos días han salido en promoción tres libros de contenido divulgativo, en tres centros. Son días distintos, llenos de besitos de niños apasionados por la ciencia, y ese es el mejor regalo que me llevo en estos tres años.

¿Cómo ha sido la experiencia de compartir con el periodista Francesc Miralles la autoría de este libro?

Ha sido una experiencia maravillosa y muy divertida.

¿Cómo lleva él que sea usted la protagonista en las presentaciones?

Miralles lo lleva muy bien, hemos hecho juntos entrevistas en radio y siempre quiere que sea yo quien responda, «no vaya a ser que me pregunten algo de física», bromea. Francesc es, además de un profesional estupendo, una persona admirable, la bondad personificada.

¿Tiene algún nuevo proyecto editorial?

De momento, no. Ahora siento la necesidad de descansar. Con ‘Desayuno con partículas’ se cerró un ciclo que había comenzado con historias para niños y adolescentes y que acabo con una trama totalmente distinta que no tiene que ver con la ficción. No obstante, después de un parón más o menos largo, a ver si salimos con algo.

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