''Soñamos con que os fillos sigan co negocio''

el matrimonio formado por Fernando Valín, de 50 años, y María del Carmen Lama, de 47, es un claro ejemplo de vida compartida y proyectos en común. Esta pareja de la comarca da Ulloa se conoció hace casi tres décadas, en su etapa de estudiantes, y ya nunca se volvieron a separar. Tras ocho años de relación se casaron y tomaron la decisión de emigrar a Cataluña en busca de un futuro mejor. En tierras catalanas iniciaron su andadura profesional conjunta. Y lo hicieron en el sector de la hostelería. «Coidabamos tamén a finca privada do propietario dunha cadea de hoteis. Había moitísimo traballo pero disfrutabamos do tempo xuntos», lembran.

Sólo la propuesta de un familiar para formar una sociedad y regentar un negocio panadero en Palas de Rei les trajo de vuelta a Galicia. La iniciativa funcionó poco más de dos años pero les dejó un buen sabor de boca. De hecho, enseguida pusieron en marcha sus propios hornos, ocupándose ella de los fogones y él del reparto y la venta en establecimientos y ferias de toda Galicia y Asturias.

«Os comezos como empresarios foron moi duros, pero co paso do tempo temos que recoñecer que mereceu a pena. Conseguimos elaborar un produto de calidade ao xeito tradicional e dalo a coñecer mesmo fóra da provincia. Dos nosos fornos saen agora arredor de dous mil quilos de pan cada día». Para llegar hasta aquí, Fernando reconoce que «as primeiras semanas cheguei a durmir apenas unha noite en toda unha semana, pero tiven un par de sustos na estrada que me fixeron recapacitar». Contrataron entonces más personal, lo que supuso el inicio de un crecimiento imparable a la vez que de un cierto descanso. Actualmente los Hornos Fernando Valín emplean a veinticuatro personas, que se reparten en tres turnos de trabajo.

Fernando y Carmen no sólo comparten vida personal y profesional sino también deseos e ilusiones. La principal, «que os nosos dous fillos se animen a seguir co negocio, alomenos cando nós xa non poidamos facelo». Si suman fuerzas quizás consigan que el sueño se haga realidad aunque parece que de momento los jóvenes no se acaban de ver con las manos en la masa.

Comentarios