Sin vergüenzas

Uno que quiere dejar visibles las vergüenzas de otro. Foto: <a href='http://www.fotocommunity.es/fotografo/laborathelio/1450659'>LaboratHelio</a>
photo_camera Uno que quiere dejar visibles las vergüenzas de otro. Foto: LaboratHelio

LOS NÚMEROS son realmente escandalosos. En España hay más de 300 políticos imputados en presuntos casos de corrupción que afectan a todos los niveles de las administraciones públicas. La mayoría de esos procedimientos que se siguen contra los políticos se dan principalmente en los ayuntamientos. Medio centenar de alcaldes y exalcades están siendo investigados judicialmente, algunos en lugares tan cercanos como Lugo.

La mayoría de la imputaciones que soportan los regidores locales tienen que ver con presuntos delitos de prevaricación, malversación de caudales públicos, fraude o tráfico de influencias. Los escándalos de corrupción también salpican a concejales de equipos de gobierno locales, existiendo casos tan llamativos como el de un edil de Burgos que dimitió de su cargo tras saberse que había gastado más de 200.000 euros en dos meses con un teléfono móvil de su Ayuntamiento o el de algunos ediles de Torrevieja que utilizaron sus terminales móviles para hacer llamadas a prostitutas.

Todo lo anterior demuestra que los políticos, pero también la sociedad en general, han perdido su sentido ético y, lo más preocupante todavía, que también se ha perdido la vergüenza, quizá, al creer o saber los presuntos corruptos que cualquiera en su caso hubiese hecho lo mismo.

El teólogo Hans Küng insiste en que más allá de los fallos en el sistema capitalista propios del mercado (especulación, políticas erróneas) o de las instituciones (ineficacia, falta de transparencia) solo la adopción de valores y normas éticas con proyección universal puede ayudar a eliminar fallos fundamentales derivados de una ausencia de virtudes morales que desembocan en la codicia, la corrupción, la manipulación o la irresponsabilidad.

Este largo y condensado prefacio que acabo de desarrollar tiene que ver con lo que ha sucedido en Monforte estos días: el supuesto uso indebido de fondos públicos, el pago a un abogado con el dinero de todos para defender una causa privada de un concejal.

El tiempo dirá si en la ciudad del Cabe se reproducen las corruptelas que se dan en otros ayuntamientos españoles, pues por el momento no tenemos nada seguro porque implicados y denunciantes, BNG y PP, defienden con vehemencia posturas totalmente contrarias. Los nacionalistas niegan ese uso indebido de los dineros públicos y los populares se ratifican en su denuncia, por lo que tendrá que ser la Justicia la que emita el veredicto de culpable o inocente.

Llegados a este punto y en relación con la falta de ética y de vergüenza en el ámbito de la política, me llamó la atención que la primera teniente de alcalde, María Xosé Vega Buján, hubiese defendido en su comparecencia ante los medios de comunicación para negar las acusaciones del PP que en política hay un código ético y unas líneas rojas que no se deberían traspasar, acusando a la portavoz de los populares, Julia Rodríguez, de trabajar sin un código moral y de ser una indigna políticamente hablando. Vega Buján acabó su intervención aseverando que su grupo no consentirá que la política siga degradándose.

Encomiable pretensión. Quizá haya leido algo escrito por el teólogo Hans Küng en relación a la necesidad de una renovación total de los valores éticos de una sociedad que va a la deriva, pero mucho me temo que su interés por conseguir tan ansiado objetivo se quedará en una mera declaración de intenciones.

Señora Buján, en política, como en la guerra, todo vale para lograr el fin último, que no es otro que ganar. Si es preciso calumniar, pues se calumnia. Si es necesario tapar las vergüenzas que alguien ha sacado a la luz, pues se tapan, como sea.

Aquí nos movemos en el ámbito de la é(ro)tica del poder, donde las personas hacen lo que sea para tocar el cielo o no caer al abismo más profundo, donde el fin sí justifica los medios, donde tener un bastón de mando lo es todo.

Los productos de la Ribeira Sacra triunfan en el mundo 

Los productos naturales, de calidad, son cada vez más demandados. Claro ejemplo de ello es lo que ha logrado la pequeña firma familiar chantadina Castañas Naiciña, al abrir mercado en Canadá después de haberlo conseguido a lo largo de los últimos años en otros diez países extranjeros.

Castañas, miel, aceite o vino son claros ejemplos de unos productos de la Ribeira Sacra con un gran potencial, pero falta empuje para darlos a conocer, para comercializarlos en aquellos lugares donde existe un mercado con capacidad de adquirir estas delicatessen.

El que más ha avanzado en este largo camino ha sido el vino. Quien les iba a decir a los bodegueros que iniciaron la andadura con la denominación de origen Ribeira Sacra hace veinte años que sus caldos serían bebidos y apreciados, por poner un ejemplo por exótico, en Japón. El buen hacer, pero sobre todo el gusto por la calidad, da sus recompensas.

Nadie se acuerda del museo del ferrocarril de Galicia

Las instituciones públicas parece que han perdido interés por el atractivo y casi único en su especie en España museo del ferrocarril de Galicia con base en Monforte.

Las recientes jornadas de puertas abiertas de la ruta del vino de la Ribeira Sacra bien pudieron servir para promocionar este museo, pero también otros como el de arte sacro de las Clarisas o el geológico de Quiroga. ¿Porqué no?. Son recursos turístico que pueden complementar el interés que muchos visitantes muestran por el paisaje, el patrimonio o los vinos de la zona. Se trataría de sumar, de ofrecer todo lo que tenemos en esta nuestra Ribeira Sacra y así abrir un gran abanico de posibilidades.

La Xunta de Galicia ha puesto en marcha una interesante iniciativa, conocer la Ribeira Sacra en tren, pero en vez de recurrir a un convoy de época como el que hay en el museo del ferrocarril de Galicia ha preferido usar uno moderno, una unidad eléctrica que fue retirada del servicio diario ni hace 20 años.

(Publicado en la edición impresa el 14 de junio de 2014)

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