Sin final

No se ve horizonte de salida en la huelga del servicio de recogida de basura en Lugo. La situación se mueve entre una negociación que las partes directamente implicadas parecen buscar imposible y una sensación de impotencia o capacidad en otras instancias frente a esa realidad. El conflicto lleva suficiente tiempo como para que el único mensaje que se transmita o la única conclusión a la que llegue el ciudadano no sea la resignación: acostumbrarse a vivir en unas vías públicas asquerosamente sucias y unos contenedores rodeados de basura.

Cambio en Santiago

La sucesión de cambios habidos en la alcaldía y la corporación de Santiago es una consecuencia de la presencia de los políticos locales en los juzgados. Santiago, como capital de Galicia, debería ser una imagen de estabilidad y buen hacer de la política local. La incorporación de Agustín Hernández parece una garantía.

Amarillismo entre todos

La desaparición de la parrilla de TVE del programa de sobremesa ‘Entre todos’ no debería suscitar muchas dudas: es amarillismo. Es la captación de la audiencia con el recurso de la miseria, con las carencias de los más necesitados. La solidaridad no se puede confundir con la activación de sentimientos básicos. No se le puede llamar tampoco caritativo: es la antítesis de la caridad al exhibir al necesitado y a quien ayuda. Y, en todo caso, es, además de una lamentable imagen de un país, una desautorización de las políticas sociales que competen a los poderes públicos. Pocas dudas deberían quedar si además desde diferentes asociaciones se denuncia que fomenta la mendicidad de menores y utiliza su imagen. Un programa de servicio público desde una televisión pública ha de estar muy alejado de toda línea amarillista.

Comentarios