Sin cama, pero con Facebook

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Borja Casar y Luis Estivalis son dos amigos, vecinos de Monforte y Bóveda, respectivamente, que ayer iniciaron en Ponferrada su peregrinación a Santiago por el Camino Sur, también conocido como Camino de Invierno. Su reto es recorrer una ruta en la que apenas hay infraestructura para los caminantes y dar cuenta de la experiencia a través de la red social Facebook, a la que se conectan con un terminal móvil.

El punto de partida fue Ponferrada, donde estuvieron en contacto con los peregrinos que se dirigían a la capital compostelana por el Camino Francés. Pero ellos decidieron tomar el desvío hacia el sur que atraviesa la comarca del Bierzo, Valdeorras, la Ribeira Sacra lucense y el Deza hasta llegar al mismo destino. La diferencia es que mientras los peregrinos de la ruta convencional encontrarán compañía en la caminata, albergues, hoteles, bares y casas de comidas, Borja Casar y Luis Estivales se encontrarán con ellos mismos y la naturaleza y, con un poco de suerte, con la hospitalidad de la gente.

«Sabemos que esta ruta es un poco más complicada porque al no ser oficial no hay sitios para dormir, la señalización está peor y uno tiene menos ayuda, pero ahí está la gracia. Queremos hacer como antes, cuando los peregrinos seguían este camino en invierno para evitar la nieve de O Cebreiro, nuestro reto es imitarlos con la salvedad de que lo contamos en directo gracias al teléfono móvil», apuntó Luis Estivalis.

El monfortino Borja Casar recorrió el Camino Francés de pequeño con el colegio y Estivalis lo hizo el pasado verano, así que ambos tienen algo de experiencia en lo de las caminatas. Además, Estivalis es militar y está en buena forma y Casar, que trabaja en la extinción de fuegos forestales, se preparó para el reto caminando varios kilómetros en las últimas jornadas.

El primer día de peregrinación discurrió con tranquilidad, tuvieron algunos problemas de cobertura, pero lograron la suficiente conexión para pasar el parte a través de la red social. Eso sí, desde que abandonaron Ponferrada, apenas se volvieron a cruzar con gente. De hecho, cuando pararon para comer se tuvieron que fotografiar mutuamente porque no dieron con nadie que pudiera tomarles una imagen a los dos juntos.

A media tarde de ayer estos dos amigos no sabían muy bien dónde ni cómo iban a pasar la noche cuando apenas les faltaban ocho kilómetros para cumplir con los 35 que pretenden recorrer cada día. Si logran mantener el ritmo llegarán a Santiago de Compostela entre el domingo por la tarde y el lunes.

Pese a la incertidumbre de la aventura, ayer ya se llevaron su recompensa: recorrer el paraje de Las Médulas y contarlo en Facebook a sus amigos y familiares.

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