Siete osos murieron envenenados en la cornisa cantábrica en los últimos años

Vidal y Palomero, en la rueda de prensa (Foto: Pepe Álvez)
photo_camera Vidal y Palomero, en la rueda de prensa (Foto: Pepe Álvez)

El presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, informó de que en los últimos años siete ejemplares de esta especie aparecieron muertos en la cornisa Cantábrica —uno en Lugo, tres en Asturias y otros tantos en Palencia—, a causa de la colocación de cebos envenenados para eliminar a otros predadores.

Aunque reconoció que esos cebos no son colocados para eliminar a ejemplares de oso pardo, una especie protegida en peligro de extinción, explicó que esos alimentos pasan a la cadena y provocan "una auténtica masacre" en la fauna de las zonas afectadas, que deriva en una "catástrofe natural".

En ese sentido, hizo un llamamiento a "los desaprensivos que utilizan este tipo de prácticas" para acabar con otras especies de predadores, porque "existen otros muchos recursos para controlar la población de un determinado animal". Además, recordó que la muerte de un oso pardo por este motivo lleva asociadas, si se identifica al culpable, "multas millonarias e incluso penas de cárcel, de uno a dos años, porque es un delito penal".

En la misma línea se expresaba el delegado provincial de la Consellería de Medio Ambiente en Lugo, Eduardo Vidal, quien advirtió que "el que la hace, la paga". Reconoció que la presencia de algunas especies cinegéticas en determinadas zonas agrarias puede resultar molesta, pero también recordó que la propia Administración, mediante indemnizaciones y ayudas, es la encargada de velar por "el equilibrio" en las comarcas afectadas, para que el hombre pueda convivir con estos animales, que son una parte importante del propio patrimonio natural.

Osos pardos en Os Ancares
Guillermo Palomero confirmó que en los últimos años los montes de Navia de Suarna, Cervantes y O Courel están recibiendo la visita de al menos tres ejemplares de oso pardo. Además, recordó que en la parte leonesa de Os Ancares se ha asentado una hembra que ya ha traído al mundo a dos camadas de oseznos, por lo que no descartó que alguna de sus hijas, porque siempre se mueven cerca del territorio materno, acabe por pasar a la zona gallega.

Según Palomero, lo más importante es que la presencia de esta osa ha provocado también el movimiento de los machos hacia la zona de Os Ancares, con lo que se ha "creado un núcleo" que puede garantizar la presencia de esta especie en los montes leoneses y de Lugo. De hecho, aseguró que "no hay estación del año en la que no encontremos rastros de ejemplares de esta especie" en esos bosques, que constituyen un "reducto" adecuado para su forma de vida.

De todas formas, también reconoció que la propia Fundación que preside y la autoridades tendrán que vigilar para que "esta especie no tenga problemas", especialmente de convivencia con el ser humano, porque la muerte de un único ejemplar sería "una auténtica desgracia" para una colonia tan reducida.

De hecho, el delegado de Medio Ambiente recordó que su departamento ha invertido 122.308 euros para mejorar el hábitat de esa especie en los montes de Os Ancares, con el objetivo de ofrecerle unas mejores condiciones de vida, que fomenten su asentamiento y reproducción.

Proyecto Huella
El presidente de la Fundación Oso Pardo hizo estas declaraciones durante la presentación del proyecto Huella, una iniciativa que cuenta con la colaboración de la Consellería de Medio Ambiente, para sensibilizar y concienciar a unos 240 alumnos de Infantil, Primaria y Secundaria, de los centros de la Montaña lucense, sobre la importancia que supone la recuperación de la población de esta especie, "como máximo exponente de una biodiversidad de calidad".

Para ello, los propios monitores de la fundación han elaborado un programa de educación ambiental, adaptado a las diferentes edades de los alumnos, que consiste en juegos, para los más pequeños; visitas a los montes con monitores, para los niños de 8 a 12 años, y charlas y unidades didácticas para los matriculados en Secundaria.

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