Con 81 años recién cumplidos, el paramés Benjamín Santas compareció ayer en la Audiencia Provincial para responder ante un jurado popular por haber matado de un tiro en la cara a su vecino José Bruzos. Con voz firme y solo entrecortada por la emoción al nombrar a sus nietos, declaró haber disparado para salvar su vida y la de los dos niños, después de que la víctima, de 56 años, irrumpiera en su casa «como un toro bravo». «Primero viña a por min e logo a polos pequenos. Se non disparo estabamos os tres no cemiterio», aseguró el octogenario.
El suceso ocurrió a las 19.30 horas del 24 de enero de 2009 en el lugar de A Armada, en San Martiño da Torre (O Páramo) cuando Santas se encontraba en su domicilio al cuidado de sus nietos (entonces de 3 y 9 años de edad) mientras el resto de la familia velaba un cadáver en A Pobra de San Xiao.
Un año antes, el anciano ya le había prohibido la entrada en su casa a la víctima por proferir insultos contra él y su familia. Desde entonces no se hablaban pero, esa tarde, Bruzos telefoneó a casa del acusado y le amenazó de muerte para, instantes después, presentarse en actitud «agresiva».