Hallaron "muchos restos" humanos en la trituradora del descuartizador de Majadahonda

La Guardia Civil concluye tras una pericial que la máquina es capaza de desmenuzar huesos con facilidad

Dos peritos han explicado en el juicio contra el presunto descuartizador de Majadahonda que en el interior y en el exterior de la picadora industrial, hallada en el sótano de su vivienda, se encontró sangre y restos orgánicos de su tía Liria y de su inquilina Adriana, a las que supuestamente mató.

Lo han detallado en una nueva sesión de la vista oral que se celebra en la Audiencia Provincial contra Bruno H.V., acusado de los asesinatos de las dos mujeres, y para quien la Fiscalía pide 30 años de internamiento en un centro psiquiátrico ante la esquizofrenia paranoide que le ha sido diagnosticada.

Los peritos -miembros del departamento de Biología del servicio de Criminalística de la Guardia Civil- han narrado que se encontraron "muchos restos" de Adriana en las muestras recogidas en los dos registros de la vivienda de Majadahonda.

En concreto, hallaron sangre de la inquilina, desaparecida en 2015, en cinco cuchillos y un hacha que había en el sótano.

También encontraron restos de Liria, tía del acusado desaparecida en 2010, en una parte interna de la máquina picadora y en una sierra circular en la que también había sangre de la inquilina Adriana.

Ambos peritos han explicado que los restos hallados en la máquina picadora eran "de una entidad suficiente" para llevarles a pensar que no se trataba de "algo casual" como "un pequeño corte".

Los cuerpos de las dos mujeres desaparecidas se buscaron, sin resultado, en el vertedero de Pinto durante seis meses después de la información de un testigo que declaró haber visto a un hombre cerca de la vivienda de Majadahonda repartiendo "bolsas grandes de basura" en diferentes contenedores.

También se detectó, como han declarado los mismos peritos, ADN del acusado en la carta encontrada en el lugar de trabajo de Adriana poco después de su desaparición en la que se despedía del mismo y aseguraba que no volvería, que al parecer escribió el propio acusado haciéndose pasar por su víctima para ocultar el crimen.

Además, dos guardias civiles han expresado que la máquina picadora del acusado podía "triturar el hueso con facilidad" tras hacer un peritaje con el mismo modelo de máquina y restos de cerdo.

Otros dos peritos han declarado que en diferentes ordenadores del acusado se encontraron imágenes de "pozos, crematorios y máquinas trituradoras", así como documentos sobre "legislación funeraria".

El juicio continúa mañana con el testimonio de más peritos.

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