El río Sarria nace, cuenta la leyenda, a partir de las lágrimas de una joven que lloraba un amor perdido. Su amado, un brujo, había sido desterrado por un señor feudal, el padre de la joven, imposibilitando de ese modo la culminación de un amor que ambos sentían el uno por el otro. La tristeza de la joven inundó Sarria y por ello las meigas acudieron a la villa lucense, para luchar por un amor que resultó ser imposible.
Para que la historia de ese amor no se borre del imaginario sarriano, la asociación Meigas e Trasgos organiza desde hace 43 años la ya tradicional Noite Meiga.
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