Un grupo de peregrinos, miembros de la mesa general de la Cruz Espiral de Santiago de Hispania, representó ayer en la plaza de la iglesia de San Salvador de Sarria una danza religiosa de origen azteca. Se trata de una tradición milenaria, originaria de México y denominada danza de los concheros, que rinde homenaje a los dioses, los muertos y los ancianos como fuente de sabiduría.
El baile recreado ayer es de carácter guerrero y se denomina danza del canto y la flor. Así, la representación incluye un baile circular, cánticos y música instrumental y forma parte de un ceremonial más amplio de conexión entre el cuerpo y la tierra.
En total, 45 bailarines de todas las edades, participaron en esta danza ancestral ataviados con una especie de cascabeles de madera en los tobillos, denominados coyoleras, y vistosas coronas de plumas de distintas aves -faisán, avestruz y gallo - teñidas de colores, mientras cantaban y tocaban instrumentos de percusión, conchas de mar y laúdes compuestos con conchas de armadillo.
