Sarria reflexiona sobre su futuro político

A punto de cumplirse un año de la celebración de las últimas elecciones municipales, el futuro político de Sarria está en el aire. Los contactos entre PP y CxG-CCTT de cara a una posible moción de censura han derivado en un sinfín de especulaciones, pero ningún acuerdo en firme por el momento.
Los diez concejales de la oposición de Sarria, durante un pleno.
photo_camera Los diez concejales de la oposición de Sarria, durante un pleno.

CON SIETE miembros en el gobierno y diez en la oposición, la posibilidad numérica de una moción de censura en Sarria está sobre la mesa desde hace tiempo. Para analizar la situación actual hay que remontarse casi un año, cuando las elecciones municipales dejaron un escenario abierto, con Compromiso por Galicia-Concellos Transparentes como llave. Los desacuerdos entre grupos, la falta de talante negociador y los problemas internos de los partidos políticos hicieron el resto. 

1. Un pacto in extremis cerrado en falso 

El acuerdo que aupó a la alcaldía a la socialista Pilar López Yáñez fue inestable desde el primer momento. Las negociaciones para formar un tripartito estaban rotas la noche anterior a la sesión de investidura y solo un cambio de criterio de última hora por parte de CxG-CCTT posibilitó que López se hiciese con el bastón de mando. La coalición había acordado votar a su líder, Benjamín Escontrela, pero la presión para impedir que repitiese el PP con un gobierno en minoría le llevó a decantarse in extremis por favorecer un cambio, pactando con un PSOE del que decía no fiarse y con el BNG. 

2. Crónica de una ruptura anunciada 

El tripartito comenzó con mal pie y, en apenas unas semanas, las diferencias ya eran públicas, con continuos desencuentros de CxG con la alcaldesa y con un BNG metido en el papel de mediador. La decisión de la coalición de expulsar a uno de sus miembros, Silvia Vázquez, y el apoyo que los socios de gobierno le brindaron a esta acabó por tensar la cuerda. En noviembre, cuatro meses después de la firma del pacto, Benjamín Escontrela y Antón Fortes anunciaban su marcha alegando sentirse "ninguneados". 

3. Un acercamiento entre los grupos de la oposición 

La oposición, a partir de ese momento formada por diez ediles frente a siete del gobierno, comenzó a mostrar un acercamiento. CxG escenificó la ruptura con sus antiguos socios cambiando su ubicación en el salón de sesiones y sentándose en la misma bancada que PP e IG. Los tres partidos presentaron mociones conjuntas y votaron en bloque en muchos casos. El grupo de gobierno quedó de facto sin poder de decisión en el pleno. 

4. CxG y PP inician contactos 

Una vez pasadas las elecciones generales y tras las fiestas navideñas, la opción de la moción de censura empezó a sonar. En las semanas siguientes, CxG y PP entablaron contactos informales sobre esta posibilidad, que la coalición había dejado abierta al romper el pacto de gobierno en noviembre. "Fomos chave e seguimos sendo chave", dijeron en aquel momento. Tras el pleno de finales de enero, las dos reuniones conjuntas que mantuvo toda la oposición, incluido el edil de Independentes de Galicia (IG), para presentar una propuesta alternativa a la ordenanza fiscal de las terrazas, sirvieron para abordar también el tema de la moción de censura. 

5. El dilema sobre la alcaldía 

Las conversaciones iniciales fueron bastante someras, poco más allá de coincidir en la "paralización" del Concello y la "necesidad" de tomar medidas. El acuerdo estaba inmaduro, pero una serie de intoxicaciones surgidas en los últimos días han logrado el efecto contrario de acercamiento entre las partes. Uno de los dilemas que se plantea es quién asumiría la alcaldía en caso de prosperar la moción. CxG-CCTT pide para sí este puesto, en el que ve una buena justificación ante su electorado, mientras que PP, que suma siete ediles frente a los dos de la coalición, pretende hacer valer su mayor número de votos. 

6. El órdago del concejal díscolo del PP 

En la complicada situación política sarriana entran en juego, además, los problemas internos de los partidos. Mientras un importante sector del PSOE está descontento con la actuación de la alcaldesa, el PP tiene entre sus filas al concejal Manuel Sangil, que ha puesto a su partido en más de un brete. Enfrentado con el portavoz municipal, Sangil lleva meses reclamando, en contra del criterio de la dirección provincial, un congreso local, al que se postula para presidente. Sus aspiraciones sufrirían un serio revés en caso de que García recuperase el gobierno y, por ello, está en contra de una moción con su rival como regidor. En los últimos días lanzó la propuesta de consultar a las bases del PP si apoyarían una moción con Escontrela de alcalde, dando por perdidas las opciones de los populares. 

7. El peón que puede llegar a convertirse en reina 

Los resultados electorales le otorgaron a IG un único representante, José Manuel Bello, por lo que a priori quedó fuera de juego en una corporación de 17 ediles. Si de un tablero de ajedrez se tratara, sería un simple peón, pero en el imprevisible devenir de la política sarriana ha ido avanzando puestos en el tablero y puede llegar a convertirse en reina. Primero fue Pilar López quien llamó a su puerta para que le apoyase en la sesión de investidura, asegurándose los nueve votos que precisaba en caso de que Antón Fortes no acatase el acuerdo alcanzado de madrugada. La alcaldesa volvió a tentarlo después cuando CxG rompió el pacto, pero Bello fue hábil y descartó quemarse en un gobierno en minoría y con múltiples frentes abiertos. Ahora quieren contar también con él para la supuesta moción de censura e incluso hay quien le ve como futuro alcalde en una tercera vía. En caso de prosperar la moción, IG daría mayor estababilidad y, si antes fue comodín de Fortes, ahora su voto supliría una hipotética negativa de Sangil. 

8. Láncara, un precedente de moción de censura en 2009 

En la comarca de Sarria existe un precedente de moción de censura en el Concello de Láncara en 2009. En aquel momento, los dos ediles de Tega, que formaban gobierno con el PSOE, firmaron una moción junto con el PP que devolvió la alcaldía al popular Eladio Capón y desbancó al hoy de nuevo regidor socialista Darío Piñeiro.

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