Rocinante recorre durante estos días el Camino de Santiago y la comarca de Sarria. Aunque comparte el nombre con el famoso caballo de don Quijote de la Mancha, no es un equino, sino un burro. El animal acompaña a Roland, un peregrino húngaro que prefiere no especificar su apellido, en la aventura de completar la ruta jacobea.
El sueño de Roland era adquirir un asno y hacer con él el Camino. «Estuve buscando información en internet y vi que mucha gente lo recorre con un burro», señala el peregrino mientras descansa en el albergue de Sarria, al que llegó ayer. El húngaro cumplió su deseo hace solo unas semanas en Estella, aunque su aventura comenzó ya en verano en Budapest.