San Blas, una cita con la historia

Los poderes curativos del santo llegan a gente de todas las edades (Foto: José Mª Álvez)
photo_camera Los poderes curativos del santo llegan a gente de todas las edades (Foto: José Mª Álvez)

El mes de febrero arranca con dos citas clásicas, en las que la fiesta se mezcla con la tradición religiosa: La Candelaria y San Blas. Este santo tiene en el barrio focense de Vilaxoane su bastión y hasta el pequeño templo se acercarán devotos procedentes de toda la comarca y Terra Chá, y es que la fe mueve montañas.

LOS FOCENSES están ya viviendo una de las citas más carismáticas del calendario festivo: el San Blas, un santo al que está dedicada la capilla que se levanta en el barrio de Vilaxoane. Un pequeño templo hasta el que peregrinan cientos de devotos de toda la comarca, y de la parte de Terra Cha, para pedirle al santo que les proteja de las enfermedades de garganta.

Para ello, los fieles deben cumplir en Foz con dos tradiciones; la primera, que se repite en muchos otros templos de España dedicados a San Blas, es en la que la gente pasa un pañuelo por la garganta del santo antes de pasarlo por el propio, rememorando una de las curaciones más populares de San Blas, que salvó a un niño que le había quedado atravesada la espina de un pescado en la garganta.

Otro de los trámites obligatorios es ponerse a la cola para recibir el responso con que las mujeres de la parroquia acompañan la imposición del santo de mano, una tradición que imperará a lo largo de todo el día de mañana, en que el templo permanecerá abierto mañana y tarde para recibir a las muchas personas que se esperan debido además a que el día grande coincide en domingo.

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