La devoción a San Benito en Chantada quedó patente durante toda la jornada de ayer en la iglesia de San Salvador de Asma, conocida popularmente por O Convento. Desde primeras horas de la mañana hasta bien entrada la noche se sucedieron los oficios religiosos, «una de las tradiciones que antaño tenía mayor asistencia debido a que se celebraba una romería en su entorno», según apuntaba el sacristán de la iglesia, Melchor Velicias, a mediodía.
El sacristán fue quien se ocupó de coordinar uno de los rituales que más feligreses reúne, como es el reparto de aceite bendito que posteriormente se utiliza como ungüento para sanar principalmente enfermedades de la piel así como dolores musculares.
«Todos los años asisto a la fiesta de San Benito pues le tengo mucha devoción y siempre me llevo algo de aceite, para remediar alguna dolencia», comentaba una mujer de avanzada edad que guardaba cola a la espera de que le tocara el turno para que Melchor le entregase aceite en un pequeño frasco.
