Safe

Título: Safe. Director: Boaz Yakin. Reparto: Jason Statham, Catherine Chan. Cines: As Termas. Calificación: 3 / 4

JASON STATHAM es el héroe de acción del momento. Su mera presencia en la pantalla empequeñece a todas esas películas que semana a semana se estrenan con intenciones festivas y no dan más que ruido atolondrado con el que tapar los bostezos ocasionales. Con Statham en nómina todo lo demás es secundario. Dan igual los ‘macguffins’, las bolsas de dinero y los niños ablandando corazones. Es él, con una pistola y mucho odio interno acumulado. Éste debería ser el eslogan promocional para filtrar al público.

‘Safe’ ya se presenta con un cartel que invoca a los clásicos de los sesenta y setenta con muy buen gusto por las raíces. El policía protagonista, retirado y despojado de toda honra, parece una continuación de un Harry Callahan al que le jugaron una mala pasada los de Asuntos Internos. Statham tarda en desenfundar y, como todo héroe de acción posmoderno, aún tiene que recibir unos cuantos golpes antes de empezar a tomarse la justicia por su mano. Pero en el momento en que dispara su primera munición, se abre la caja de los truenos de un matón vengativo con tres frentes abiertos y una niña bajo su protección.

Tras la apariencia de un subproducto de batalla para domingos lluviosos se esconde una película tremendamente divertida. De aspecto sencillo y con un argumento limpio de polvo y paja, ‘Safe’ se agarra fuerte a los dos conceptos sobre los que construye todo el andamiaje, y así poder dignificar un género al que se le exigen altas recaudaciones con demasiada poca meninge. Statham habla poco, pero sus frases tienen exactamente el número de caracteres necesarios para cerrar las escenas en lo más alto.

El otro gran protagonista es un Nueva York de bajos fondos dominado por las mafias multirraciales y la corrupción policial. Las escenas de acción, que recorren desde Chinatown a Brooklyn Heights, dibujan una ciudad sucia e ingobernable más parecida a la Liberty City del videojuego ‘Grand Theft Auto’ -compendio y a la vez homenaje de todo el género- que a la amable postal e imagen de marca post Giuliani.

A ‘Safe’ sólo le falta un final desesperado propio del cine negro. En su lugar, Boaz Yakin prefiere redimir al héroe y abrirle la posibilidad de continuar su venganza en otra ciudad de América.

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