Sabor a aceite y cerezas

Rodríguez (centro) cuenta con el apoyo de sus padres en el proyecto. (Foto: T.P.)
photo_camera Rodríguez (centro) cuenta con el apoyo de sus padres en el proyecto. (Foto: T.P.)

Hace ocho años el cosechero Miguel Ángel Rodríguez González encargó un estudio al Sindicato Labrego Galego para conocer las variedades de aceituna que producían los olivos centenarios que su familia tiene en Figueiredo, en pleno corazón de Ribas de Sil. Se detectaron cuatro variedades diferentes no catalogadas y que se denominaron, de forma genérica, variedades autóctonas. Dos de ellas se correspondían con olivas conocidas conmúnmente como brava y mansa.

Desde entonces Miguel Ángel Rodríguez apostó intensamente por la producción de esos olivos y abanderó un proyecto de recuperación de árboles centenarios y de plantación de nuevos ejemplares siempre respetantdo la misma variedad. En la actualidad cuenta con 1.020 olivos, 480 recuperados y el resto de nueva plantación manteniéndose siempre fiel a la variedad de origen. Además, tras el pertinente período de transición, a finales de este año el Aceite de Figueiredo, que ya lleva un tiempo en el mercado, se venderá con el sello ecológico.

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