Ruidos sin control

LOS incidentes originados por ruidos no suelen resolverse a tiros, ni acaban como el ocurrido en Madrid, donde un hombre hirió a cuatro personas con una escopeta de perdigones, hastiado de aguantar barahúndas y estrépitos a sus vecinos, sin que hiciesen caso a sus requerimientos. Pero más que una excepción es algo que puede repetirse en cualquier otra circunstancia parecida. Debe admitirse que son situaciones que menudean, toda vez que las denuncias no suelen surtir el efecto positivo deseado ante la Policía o el juzgado. No se puede, de ninguna manera, justificar estas reacciones violentas, sea con armas o sin ellas, pero sí hay que entender a quienes padecen molestias de este calibre, y que vienen quejándose constantemente sin que nadie les atienda ni solucione el conflicto; no es ninguna broma. No se olvide que la paciencia y el aguante son limitados, y a los infractores incorregibles solo cabe aplicarles la ley con todo rigor, que es lo que no suele hacerse llegado el caso.

Comentarios