La gasolinera de Antas de Ulla sufrió un asalto en la noche del sábado al domingo. Los ladrones se llevaron unos 3.000 euros y diversos productos que estaban en los expositores del establecimiento para la venta.
El robo se produjo de madrugada, momento en el que la estación de servicio permanece cerrada. Los ladrones entraron en el establecimiento por la puerta principal. Para ello, tuvieron que forzar la cerradura y, previamente, la verja de seguridad que protege la entrada.
Los trabajadores de la gasolinera se dieron cuenta del asalto cuando llegaron por la mañana para abrir el establecimiento y observaron los desperfectos en la entrada.
Los ladrones se llevaron al menos 3.000 euros y objetos pequeños como pilas y otros productos que había en los expositores de la tienda de la estación de servicio, probablemente lo que pudieron coger en poco tiempo y sin demasiado esfuerzo.
El propietario del negocio no quiso ayer comentar nada sobre el suceso. «Non quero darlle publicidade a estas cousas. Eses individuos non merecen que se lles dea importancia nin que eu fale deles», sentenció.
La indignación del responsable de la gasolinera era ayer evidente y comprensible, pues no es el primer robo que sufre el establecimiento y los daños provocados por los ladrones para acceder siempre son cuantiosos, al margen del botín que se hayan llevado en cada asalto.
Los vecinos de Antas de Ulla mostraban ayer su sorpresa por lo sucedido y lamentaban que los asaltantes se hubiesen ensañado de nuevo con la estación de servicio de la localidad.
