Ribeira Sacra y A Mariña

LA CAMPAÑA electoral no debería finalizar sin que los partidos y quienes aspiran a representar a los lucenses se pronuncien y comprometan claramente sobre dos cuestiones que se planteaban ayer en las páginas de este periódico: la Autoridad Portuaria para la costa lucense y los proyectos/obras de nuevos embalses o ampliaciones en la Ribeira Sacra. Hay que demandar una posición clara por parte de quienes piden los votos de los lucenses; posición que se ha de traducir inmediatamente en iniciativas parlamentarias, dentro o fuera de lo que es interés de la estructura de partidos. Habrá que hacer un seguimiento de los hechos. No debería valer ya ni el silencio ni los deseos o intenciones como vía de eludir el compromiso. En el caso de la Autoridad Portuaria se trata de recursos económicos que se están perdiendo, de intereses económicos y de puestos de trabajo para A Mariña, afectada de forma muy especial por la crisis. Y en el caso de las obras para explotaciones hidroeléctricas en la Ribeira Sacra se trata de que reviertan en beneficio continuado para la zona. No hay otra justificación para esas obras en la zona más castigada por embalses y por los mayores aprovechamientos hidroeléctricos para beneficio exclusivo de una empresa que no tiene ni domicilio fiscal en Galicia. Los daños que provocan esas ampliaciones serán irreparables en el entorno natural y paisajístico, y en el recurso turístico. No es suficiente la migaja de una licencia municipal, que puede satisfacer el interés de un momento de un representante local. El beneficio para la comarca en empleo y actividad económica ha de prolongarse tanto como el beneficio de la explotación hidráulica. El canon por sí mismo se ha demostrado como algo que llega tarde y se administra sin que suponga algo añadido de forma contrastable en mejoras locales. Uno y otro asunto deberían situarse en el centro de la campaña electoral en Lugo.

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