Tras cerrar varios contratos con bodegas de la Ribeira Sacra en la quinta edición del salón Vinis Terrae, celebrado en Ourense el pasado lunes y el martes, importadores de once de países pidieron expresamente conocer los viñedos de la zona para «ver sobre el terreno el concepto de viticultora heroica». Así, representantes de empresas de Estados Unidos, Canadá, Brasil, México, Perú, Alemania, Holanda, Dinamarca, Suecia, Bélgica y Holanda se acercaron ayer a varias bodegas de la denominación.
Ruth Fernández fue la técnico encargada de guiarles en la visita y ella misma reconocía que lo que buscaban los importadores era comprobar in situ que la Ribeira Sacra es como les habían contado y que el precio superior de los caldos de la zona está justificado por el trabajo que conlleva su producción. «Está claro que los vinos de Ribeira Sacra se mueven en unos precios superiores a la media. Los importadores pueden comprobar en las catas que la calidad del producto de nuestras bodegas es muy alta, pero también quieren saber de qué se trata esa viticultura heroica que justifica ese sobreprecio», explicó. «Por eso, cerramos una jornada de visitas a bodegas de diferente tamaño y un viaje a bordo del catamarán Brandán», añadió.
