Ribadeo, capital gallega de la música clásica, se resiste a dejar de sonar

El madrileño Leopoldo Erice encara el décimo Festival Internacional de la localidad mariñana con el mismo "entusiasmo y alegría" pero con "menos dinero"

Con el mismo "entusiasmo y energía" que hace ocho años, pero cada vez con "menos dinero" para cada nueva edición, así es como encara el pianista madrileño Leopoldo Erice la décima edición del Festival Internacional de Música Clásica de Ribadeo (FIMCR).

Una cita imperdible que este enamorado de tal municipio lucense, y participante como músico en todas las convocatorias, puso en marcha allá por 2006 y que lucha por sonar "más alto y más fuerte" a pesar de la dura situación económica. "La calidad de los conciertos no se ha visto afectada por las dificultades económicas, porque esa es nuestra apuesta y seguimos trayendo a músicos de primerísimo nivel", cuenta en una entrevista con Efe, "pero la verdad es que el futuro pinta bastante negro si no cambia la situación", reconoce. "El año pasado los artistas vinieron sin cobrar, pero no quiero que vuelva a pasar", confiesa, y añade que "incluso cobrando una fracción, de una fracción, de una fracción de sus honorarios, si le sumamos billetes de avión, el hotel, las comidas... la verdad es que no sé de dónde vamos a sacar el dinero".

Encontrar patrocinios grandes, como el que unía antaño al FIMCR con la Fundación Caixa Galicia, se antoja demasiado complicado dada la coyuntura económica, lo cual resulta "desesperante" y obliga a la organización del festival a reinventarse de manera constante para alcanzar una cantidad mínima sin la cual, reconoce Erice, no se puede sostener el festival. Pero "se mantiene a flote, de momento", mientras otros desaparecen, y lo hace en parte gracias a los muchos voluntarios que se vuelcan para ayudar, con aportaciones económicas o con sus propias manos, a que las palabras 'música' y 'Ribadeo' sigan siendo dos realidades inseparables.

Los hay que se toman la molestia de recoger a los músicos invitados al FIMCR en el aeropuerto, que los invitan a cenar a sus casas o, asimismo, que ejercen gratis de acomodadores en el Auditorio de la villa lucense, donde se desarrolla el Festival por cortesía del Ayuntamiento que, además de con el préstamo de sus instalaciones, colabora con una subvención y aportando personal. También hay quienes donan dinero a modo de contribución, con 20, 30 o con 1.000 euros incluso, cada uno con lo que puede permitirse, en una "forma particular de patrocinio" que está muy extendida en países como Estados Unidos o Canadá y que el precursor del festival califica como "maravillosa". Al fin y al cabo, la cultura, dice, es "algo de todos", y todos tenemos la obligación de conservarla.

Pese a su calado internacional, el FIMCR es un evento muy ligado a Ribadeo, a sus músicos, a sus estudiantes y a su pueblo en general. Siendo una "villa pequeña, tiene una gran presencia de la música". De hecho, una de las novedades más destacadas en esta última edición, que se desarrollará entre el 20 y el 24 de agosto, es la colaboración de las "cuerdas vocales de Ribadeo", apunta Erice.

La Coral Polifónica de Ribadeo participará, por primera vez en la historia de este evento musical, en uno de los cinco conciertos que componen el programa de esta edición que hace el número diez, concretamente en el concierto 'Ribadeo Musical', que también contará con la presencia de la Banda Municipal de Música de Ribadeo y que refleja la importancia de la presencia de cultura y la música ribadenses en el festival. Otro de los signos distintivos del FIMCR, y también una de sus particularidades más valiosas, es el enfoque didáctico de esta cita, cuyo formato alterna charlas didácticas y conciertos.

Estas charlas, que son presentaciones "informales pero informativas de las obras", tienen una gran acogida entre el público y los propios artistas invitados: "Es una mezcla que a la gente le encanta, pero también a los músicos, porque al hablar de las obras se rompe la barrera que hay entre el público y el músico, y el público se acerca al escenario", apunta Erice. El dar a conocer y entender la música clásica es algo intrínseco al FIMCR. Quizás por ello se muestra apenado Erice al anunciar que, en esta edición, se han visto obligados a prescindir de los talleres que implantaron hace tres años como actividad paralela al festival: "Inauguramos el taller, dirigido a estudiantes y jóvenes profesionales de Ribadeo, de España o de fuera, para dar más profundidad a este aspecto educativo", explica, "pero no nos los podemos permitir y este año no los haremos, con la confianza de poder retomarlos el año que viene", matiza.

Hubo tiempos más boyantes para el FIMCR, con más presupuesto y posibilidades, pero este festival lucha por seguir sonando alto y fuerte, sigue reuniendo un potente elenco de músicos referenciales en el panorama de la música clásica, y continúa animando a la gente a acudir a la cita para "disfrutar y sorprenderse". "Me gustaría que esas personas que dicen que no entienden de música clásica vinieran a disfrutar de esta maravilla que es la música clásica bien hecha", reclama Erice, y hace un "llamamiento a todos los que puedan ayudarnos a sacar esto adelante", porque sería "una pena", sostiene, "que algo de tanto valor como se perdiese".

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