CADA DOS HORAS se registra un robo en Galicia (página 22). Es algo más que un repunte de la delincuencia. Es un dato para alarmarse, dígase como se quiera. Las cifras estadísticas vienen a confirmar la percepción ciudadana que se arrastra desde hace tiempo, ya con el Gobierno anterior. La inseguridad, el temor al asalto a negocios y domicilios aumenta por la realidad diaria de estos sucesos. No ha mejorado la situación. Al contrario, empeora. Sigue además faltando información pública, que es un derecho ciudadano. No es una concesión amigable o de favoritismos. El ciudadano tiene derecho a acceder a esa información puntual. Debería entenderse además la información como una forma de lucha contra la delincuencia y como una contribución a mejorar la seguridad ciudadana. El incremento de asaltos a domicilios y negocios es tanto un fenómeno urbano como en los núcleos de población rural, donde la sensación, y la realidad, de falta de protección de los habitantes aumenta. Se han desmontado los cuarteles de la Guardia Civil y ha desaparecido en la práctica de los hechos la vigilancia preventiva de la pareja de la Guardia Civil por los núcleos rurales. No parece que haya aumentado tampoco la presencia policial en las calles. ¿Cuestión de ahorro y ajuste? Si a la tristeza social por la evolución negativa de la realidad económica se le añade inseguridad ciudadana, el panorama pide respuesta urgente.
RUBIA EN LÁNCARA
El municipio de Láncara cuenta con 4.368 cabezas de rubia gallega en 115 explotaciones (página 15); da una media de 38 cabezas de vacuno de rubia gallega por explotación. Mañana hay feria degustación en este municipio, que lidera el número de cabezas de esta raza en la provincia de Lugo. Es una vertiente más, y positiva, de vías de futuro para la economía rural. No es un dato menor, como recurso económico, la recuperación de la rubia gallega.
