Repartidores de agua ambulantes

Las carrocetas municipales, en su quehacer diario (Foto: Teófilo López/Cristina Pérez)
photo_camera Las carrocetas municipales, en su quehacer diario (Foto: Teófilo López/Cristina Pérez)

Pozos secos, depósitos vacíos, manantiales bajo mínimos... La prolongada falta de lluvias ha llevado a varios concellos a recurrir al ir y venir de las carrocetas municipales como surtidores de agua para garantizar que sus vecinos y vecinas puedan hacer algo tan simple y cotidiano como poner una lavadora o darse una ducha

hoy podría llover, los meteorólogos anuncian la llegada de una borrasca que conllevaría las primeras precipitaciones serias desde ya no se sabe cuando y pondrían un punto y seguido, al menos, a un otoño extremadamente seco. Esa sequía ha disminuido, a veces hasta hacerlo desaparacer, el caudal de ríos y manantiales, y no solo en la superficie, a simple vista, sino también bajo tierra, donde múltiples cauces subterráneos que abastecen pozos y traídas vecinales que, poco a poco, dejan de suministrar la tan necesaria agua a sus propietarios.

Es en esa situación donde emerge la figura de los repartidores de agua, trabajadores municipales que, armados con una motobomba y mucha paciencia, se convierten en distribuidores ambulantes del líquido elemento allá donde se les necesita -previa llamada al concello correspondiente del vecino damnificado-.

En Abadín, Cospeito, Guitiriz, Meira, A Pastoriza, Pol o Vilalba el ir y venir de las carrocetas ha sido constante desde hace unos dos meses, cada vez con mayor frecuencia, abasteciendo depósitos comunales o decenas de casas diseminadas aquí y allá.

«Levamos auga a casas dos Vilares e do Buriz, priorizando o consumo doméstico», señala el alcalde de Guitiriz, Xosé María Teixido, que también ha publicado un bando en el que se pide el consumo responsable y se prohíbe regar. «A traída municipal non nos deu problemas, pero si secaron algúns pozos particulares», indica el regidor de Cospeito, Armando Castosa. Su homónimo de Meira, Ramiro Pérez, afirma que ellos van «aguantando con dignidade e esforzo». «Optimizamos recursos e pedimos que se nos avise ó detectar unha fuga, pero aínda así no rural hai problemas e hai que abastecer varios núcleos», confirma el regidor meirego.

Similar realidad es la que se vive en A Pastoriza: «O caudal cada vez é menor e as fontes están secando», precisa el alcalde, Primitivo Iglesias, quien apunta que las captaciones que funcionan por peso son las más conflictivas y hay varios depósitos que se llenan con cisternas. «Estamos revisando dende hai un mes parroquia por parroquia os contadores, para que non haxa malgasto e temos dúas persoas a tempo completo vixiando e falando coa xente», concluye Iglesias Sierra.

Pol también sufre los efectos de la sequía y de la falta de ejecución de varios proyectos por parte de Augas de Galicia, como recuerda su alcalde, Lino Rodríguez, quien además de dar uso a la motobomba municipal ha optado por alquilar una cisterna para hacer frente a la demanda de agua vecinal.

«Temos pendente un proxecto en San Andrés de Ferreiros e tamén a estensión da rede do río Lea a Susá e O Fontao, en Valonga, e a Milleirós», precisa el regidor, quien sitúa en estos puntos lo mayores problemas, a los que se suman además incidencias en Torneiros, Hermunde, Carazo, Caraño o Fraialde.

«Din que hai 60 anos que houbo un verán tan seco», recuerda el regidor vilalbés, Gerardo Criado, quien señala que los operarios del Grumir llevan dos meses surtiendo a vecinos del rural. El alcalde vilalbés incide también en la necesidad de reducir «o despilfarro da auga» porque recuerda que el problema no es puntual, sino que viene de viejo, y pone como ejemplo la profundidad de los pozos de barrena: «Antes atopabas auga a dez metros e hoxe tes que ir a 70», lo que supone un incremento del gasto y ratifica que las aguas subterráneas cada vez escasean más.

«Hai que buscar solucións globais, porque esto é un problema xeral» y anima a tomar medidas de ahorro, como se ha hecho a nivel municipal, donde se han instalado sistemas de riego automático que reducen el consumo.

En Xermade solo han tenido que abastecer a un vecino de Candamil, según explica el alcalde Tomás Rodríguez, pero la sequía se ha hecho notar en varios puntos, con especial incidencia en Momán, la más conflictiva hasta el momento ya que la traída municipal no tiene reservas de agua.

Sin incidencias

Solo algunos privilegiados, más allá de recomendar medidas de ahorro preventivas, han evitado hacer esfuerzos notorios para garantizar el suministro de agua a los vecinos. Es el caso de Begonte, Castro de Rei, Muras, Ribeira de Piquín o As Pontes.

Aún así, en estos municipios se han tomado medidas preventivas y, por ejemplo, en Begonte se les remitió una carta a los vecinos a principios de verano recomendándoles priorizar los usos del auga, evitar regar y avisar de cualquier incidencia, con una serie de números de contacto, ya que, como puntualiza el regidor, José Ulla «o principal problema que temos é non detectar as averías a tempo».

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Reservas

Los embalses, en mínimos históricos

La presa de A Ribeira de As Pontes y el pantano de San Xoán de Guitiriz cuentan solo con una cuarta parte del agua que pueden almacenar

El embalse de A Ribeira, en As Pontes, es la principal reserva acuífera, en cuanto a almacenamiento de agua se refiere, que existe en la zona. Tiene capacidad para albergar 32,80 hectómetros cúbicos de auga, aunque las últimas mediciones situaban el volumen del agua que se conserva en apenas 7,90 hectómetros cúbicos, menos de una cuarta parte de su capacidad.

Según recogen los informes de Augas de Galicia, la presa está a poco más de un 24% de ocupación, con una bajada de más de cuatro puntos desde principios de este mes. Desde el Concello, recuerdan que hay que remontarse al año 2003 para ver registros tan bajos, y aún así no de este calibre, ya que entonces el agua almacenada no descendió del 31%.

En 2010, por esta fechas, el embalse estaba al 60% de su capacidad y la media de la última década se sitúa en torno al 48%, el doble de las cifras que registra en este histórico mes de octubre.

El embalse pontés inició el año al 69% y, gracias a las lluvias de los primeros meses, alcanzó el 95% de su capacidad. La presente bajada se inició en julio, pasando sucesivamente del 79% al 67%, en agosto, y al 49% en septiembre.

La primera consecuencia de esta situación ha sido que Endesa haya paralizado sus turbinas para garantizar que quede agua suficiente para el abastecimiento. Desde el Concello explican que por el momento no se tiene previsto aplicar restricciones en el suministro doméstico, ya que éste sería el último en verse afectado por la escasez de recursos hídricos.

Así, se puntualiza que, en caso de tener que tomar medidas, antes se dejaría de alimentar a la central de ciclo combinado de Endesa y al propio complejo térmico.

El pantano de Guitiriz, situado en el área recreativa de San Xoán, también ofrece un aspecto muy poco habitual. El nivel del agua ha descendido ya 2,40 metros con respecto a su estado habitual -la masa de agua ha perdido 30 centímetros de profundidad en solo una semana-. Además, como el embalse no es cuadrado, sino que tiene forma de embudo, la pérdida de reservas es aún mayor.

Según explican desde el Concello, el pantano guitiricense, del que procede todo el agua que se consume en el casco urbano y los alrededores de éste, conserva apenas una cuarta parte del agua que podría almacenar.

Prealerta

La sequía prolongada ha llevado a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico a activar, en las cuencas que gestiona el organismo en la provincia de Lugo, Asturias y Cantabria, el Plan Especial de Actuación en situaciones de Alerta y Eventual Sequía. Esta fase de prealerta que impera desde ayer se le comunica a todas aquellas administraciones implicadas, es decir, las respectivas comunidades autónomas, ayuntamientos y organismos gestores del abastecimiento de agua.

Esta nueva situación conlleva la adopción de medidas encaminadas a moderar el consumo de agua, una decisión derivada de la bajada de los caudales circulantes en los ríos, aunque éstos sean todavía capaces de suministrar agua a dichos sistemas de abastecimiento.

El objetivo de esta actuación es garantizar la calidad del agua destinada al consumo, además de conservar el caudal suficiente en los ríos para garantizar la conservación de los ecosistemas.

Así, la CHC aconseja que se reduzca el uso del agua para riego de jardines, baldeo de calles u otros usos considerados no prioritarios. Se advierte, además, de la necesidad de reforzar los controles de calidad en los sistemas de potabilización.

La Oficina Técnica de Sequía de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico será la encargada de vigilar las posibles variaciones de la actual situación, teniendo en cuenta que la evolución de las precipitaciones condicionará las iniciativas futuras.

Peregrinaciones para ver los efectos de la sequía

La sequía en los pantanos de la zona trae consigo un efecto secundario cuanto menos anecdótico, las peregrinaciones de vecinos incrédulos, dispuestos a ver, y de paso inmortalizar con sus cámaras, el estado del pantano de San Xoán de Guitiriz y, sobre todo, la falta de agua en la cola del de A Ribeira con una imagen pocas veces vista antes.

Ruta do Lostegal

La Ruta da Ribeira e do Lostegal fue señalizada por el Concello de As Pontes hace poco más de dos años siguiendo la orilla del agua embalsada. Pese a organizar ya varias rutas por la zona, nunca antes había tenido tanto tránsito, con las casas sumergidas como visita estrella.

¿Qué hay ahí? Imágenes insólitas

La progresiva bajada del auga en los pantanos de Guitiriz -en la foto superior- y As Pontes ha dado lugar a imágenes insólitas, especialmente en A Ribeira, donde se puede visitar aquello que quedó sumergido al construirse la presa, incluso viejas casas -fotos inferiores-. pérez/arias/sandra permuy

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