Raquel Arias: ''Soy reivindicativa; creo que hay que ser ambicioso con lo que uno pide para su territorio''

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Entre una cita y otra, en un despacho que no para de recibir visitas, la mayoría de carácter reclamatorio, Arias hace una primera declaración de intenciones.

La creación de un cargo como el suyo, ¿responde a un criterio de austeridad o a una intención de hacer más presente a la Xunta en la provincia y, así, que actúe de contrapeso a la visibilidad de otras instituciones, ya sean ayuntamientos o Diputación?
En absoluto se pretende ser contrapeso de nada. Lo que sí se pretende es una doble medida. Primero que la Administración sea más ágil, que la gente tenga más claro, aunque al principio le parezca al revés y crea que es más complicado, a dónde tiene que ir y hasta donde llega la decisión política y hasta donde llega la gestión. También se aspira a que haya un nexo de unión claro entre la Xunta y el último pueblo de la provincia de Lugo. Y, además, eso nos va a permitir ahorrar. Es una doble medida. No se hace exclusivamente para ahorrar, que también, sino para, a la vez, agilizar y dar un mejor servicio al administrado.

¿Será reivindicativa ante Feijóo y reclamará la discriminación positiva para Lugo?
Quienes me conocen saben que suelo ser una persona reivindicativa porque me parece que, desde un punto de vista de objetividad y no necesariamente de confrontación, que no fue nunca mi idea en ningún momento, sí creo que hay que ser ambicioso en lo que uno pide para su territorio, con lo que se pide para Galicia y, dentro de Galicia, lo que se pide para la provincia de Lugo. Seré la voz de las necesidades de todos los ayuntamientos de Lugo y, también, de todas las personas.

¿Por dónde empezará?
El objetivo principal que tenemos en este momento es luchar contra el paro, contra la crisis y hacer que todas las medidas sociales sean más ágiles a la hora de llegar a quienes las necesitan y que lleguen realmente. En eso estaremos, sabiendo ya de las dificultades con las que nos encontraremos, con las que ya nos estamos encontrando en este momento. Al analizar los presupuestos, tanto los globales de la Xunta, como por consellerías, se están encontrando agujeros importantes, muy preocupantes y que, necesariamente, tendrán algún reflejo en las acciones de este primer año. Aún así, las prioridades van a ser las mismas. En Lugo hay un problema muy grave, que es el del sector lácteo. En Galicia ya se están tomando medidas que creo que son importantes y son, además novedosas. Si bien
no son la solución definitiva, y ya se sabe que no lo son, sí que van a ayudar a pasar estos momentos de gravedad financiera de las explotaciones. Al mismo tiempo, se está trabajando, dentro de las competencias de la propia Xunta y también en la gestión tanto ante el Gobierno de Madrid como ante la UE, para hacer un plan a medio y largo plazo.

En su toma de posesión y en su presentación en Lugo dijo que la lucha contra la crisis será uno de sus objetivos principales, ¿en qué se traducirá?
El Gobierno de la Xunta, a través de todas sus consellerías está en este momento elaborando planes para afrontar la grave situación económica que se está viviendo en toda Galicia y que se irán dando a conocer. De momento, ya sabemos las que se han adoptado para el sector lácteo, que eran las más urgentes. Creo que se adoptaron con agilidad porque hay que tener en cuenta que el Gobierno tomó posesión hace poco más de un mes.

¿Apoyará la Xunta el Plan Lugo de industrialización que promueven la Cámara y los sindicatos?
Desde la Xunta se van a apoyar todas aquellas medidas que favorezcan el desarrollo de Lugo y, en su momento, se valorará cada uno de los proyectos en particular y cómo se va a materializar ese apoyo en cada caso. Hemos tenido una toma de contacto, pero vamos a seguir reuniéndonos para explicitar el apoyo. A mí me parece interesante y, aparte del encuentro que tuvimos ya, quiero tener una reunión con todos los actores del plan. Vamos a seguir trabajando y muy de cerca porque los plazos apremian y es una de esas gestiones que hay que hacer con premura.

 

¿Se cumplirá la promesa electoral de un AVE para Lugo, al margen de lo que decida el Gobierno al respecto?
Alberto Núñez Feijóo es una garantía de que las promesas electorales se cumplirán. Lógicamente hay promesas que no se pueden cumplir en los cien primeros días, pero se cumplirán. A veces estos días una oye que ya estamos incumpliendo promesas. Estamos en un tiempo en el que el cumplimiento es el acorde a los días que llevamos en el gobierno y a mí me parece que en este sentido, el grado de cumplimiento es muy grande. Todo el Gobierno está trabajando en la convicción de que las promesas son para cumplirse.

¿Esos agujeros presupuestarios de los que habla la Xunta no frenarán proyectos como ése, que, por otra parte, fue una de las apuestas fuertes de campaña en Lugo? Las promesas se van a cumplir. Aquellas que, además, son actuaciones estratégicas con muchísima más razón. Hay una situación económica complicada que, más o menos se conocía, y una situación presupuestaria más complicada todavía y que se desconocía. Tampoco era la previsión realizar un proyecto como el AVE para este año

¿Confía en que Lugo tenga el nuevo hospital en marcha para este año?
Así lo dijo la conselleira. Sí confío en que, si no hay ningún inconveniente de última hora que siempre puede surgir en una obra, se ponga en marcha. Esperamos que Lugo acabe ya ese hospital que, por otro lado, había iniciado ya el Partido Popular. Desde que se planificó el objetivo es que todos los vecinos tengan una sanidad adecuada a sus necesidades.

¿Mantendrá la Xunta el compromiso presupuestario con el auditorio lucense?
No hay nada que nos haga pensar lo contrario.

¿Y lo hará con respecto al Plan Paradai, para mantener el desarrollo en esa zona de la ciudad?
La Xunta mantendrá todos aquellos compromisos con la ciudad que sean buenos y supongan una mejora de la calidad de vida y de la promoción económica.

Vicepresidencia había inaugurado en Lugo un centro de Alzheimer muy demandado que continua cerrado, ¿cuándo entrará en funcionamiento?
Tanto la conselleira de Traballo como la secretaria xeral de Benestar están trabajando en este tema. No sólo en ese centro sino en todas aquellas medidas que están pendientes para la atención a gente con este tipo de necesidades u otras en la ciudad y en toda la provincia.

¿No se puede adelantar ninguna fecha?
Se están formando los equipos en este momento. Pero que no quepa ninguna duda de que Susana López Abella, que conoce perfectamente las necesidades de la provincia y de la ciudad, la tiene como una de sus prioridades. El caso de este centro es una muestra más de las medidas que se venían haciendo de inauguraciones sin contar por detrás con un sustento real de puesta en funcionamiento de los servicios.

Dijo que viajaría por la provincia, ¿lo ha hecho y cómo la han recibido?
Lo he hecho menos de lo que hubiera querido. Y lo seguiré haciendo con más intensidad la próxima semana. Quiero tener una nueva lectura de algo que ya conozco porque la  provincia no me es desconocida. Una buena parte porque es donde vivo, la Zona Sur, y el resto porque, como diputada nacional, tenía mis objetivos en toda la provincia y también en
la capital. Por tanto, no es una problemática desconocida, pero quiero hacer una relectura de la misma y de las necesidades concretas de cada lugar. Además me parece que es un acto de cortesía y va a ser mi herramienta de trabajo estar en el terreno.

Se había quejado de un excesivo dirigismo del bipartito con los ayuntamientos, ¿qué labor realizará para que recuperen ciertas cotas de autonomía?
Escucharlos mucho más de lo que se hacía e intentar solucionar las necesidades que ellos, que son los que están en contacto directo con los ciudadanos y con sus problemas, plantean. Creo que el papel de la Xunta es intentar solucionar las demandas que se plantean y no dirigir las actuaciones que se van a hacer en cada lugar sin tener en cuenta las demandas planeadas por los vecinos de esos lugares. 

Con la anterior estructura había en Lugo 13 subdelegados, ahora hay una delegada, un secretario y diez jefes territoriales, ¿cómo permite ahorrar este nuevo organigrama?
Antes había trece altos cargos, que en este caso, como son diez consellerías ya habría en vez de trece, diez, lo que ya es un ahorro. De trece altos cargos se pasó a uno, con todo lo que conlleva... como la estructura de coches o el gasto administrativo. Eso es un ahorro, pero en este caso, hay un doble ahorro porque hay un ahorro en cuanto a consellerías.

Pero en realidad antes había trece y ahora, entre jefes, secretario y delegada, son doce...
Antes había 13 políticos. Ahora hay un político y el resto son funcionarios. En este momento, por ejemplo, mientras no se aprueba la nueva estructura lo que sucede es que el secretario asumió el papel del delegado y ahora está haciendo las funciones del jefe territorial.

¿Ha decidido quién será el secretario territorial?,¿ qué labor desempeñará?
Va a ser una labor de apoyo legal, de respaldo en la coordinación de las distintas áreas y de sustitución cuando no esté el delegado. Tengo el perfil decidido, será un perfil técnico y con conocimientos de la Administración, como no puede ser de otra manera.

¿Qué competencias serán de la delegada y cuáles del secretario?
Por ejemplo, alguien plantea un problema o viene a hacer una solicitud. Explica que en su ayuntamiento es precisa una u otra obra. Es el secretario el que decide que se deriva a una determinada consellería. Cuando al jefe territorial le surja un problema técnico, es el
secretario el que, como conocedor de las leyes y del funcionamiento de la Administración, el que le recomienda pasarlo a un determinado departamento. Es un asesor, funcionario y técnico, que dirá ‘esto se puede hacer’ o ‘para hacer esto hay que seguir estos determinados trámites’.

Con esta nueva organización, si un colectivo de la provincia tiene una reclamación o queja que precise de una respuesta rápida, ¿a quién debe dirigirse?
La delegación está siempre abierta a la sociedad, se puede dirigir cualquier colectivo, cualquier ayuntamiento por supuesto, pero también cualquier persona individual. Si no conoce el departamento concreto al que debe dirigirse aquí se le orientará, si lo conoce será el jefe de área el que le podrá ayudar. Para ponerlo de forma gráfica, imaginemos que alguien quiere hacer un centro social en la provincia, se puede dirigir al conselleiro correspondiente o al delegado. Una vez que se valora entre el delegado y la consellería la viabilidad de llevar a cabo esa obra, se hace el convenio correspondiente y, a partir de ese momento, toda la gestión se hará a través del jefe territorial. Si la cuestión es burocrática o de trámites la intentará solucionar el jefe territorial. Si hay una decisión que tomar, más de carácter político o que implique un cambio respecto a lo ya establecido, sería una decisión del delegado, que lo haría en coordinación con el jefe territorial. Es, aunque no sea muy ortodoxo decirlo, como un alcalde y los concejales. Son ajustes grandes a los que nos tenemos que acostumbrar los políticos, los trabajadores públicos y los administrados. Creo que merece la pena tener un poco de paciencia estos días porque estoy segura de que
vamos a ganar muchísimo, tanto en eficacia como en eficiencia. 

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