Ramón Gasalla "orgulloso" de ser eligido Hijo Predilecto de O Valadouro

Unos 150 vecinos de O Valadouro arroparon este sábado a Ramón Gasalla Ónega en uno de los días más importantes de su ya larga vida, pues a sus cien años fue nombrado Hijo Predilecto en reconocimiento a los servicios prestados como matrón y practicante, además de su vital apoyo para conseguir el grupo escolar en Ferreira
Gasalla descubriendo la placa en el Concello, junto al edil de cultura y el alcalde
photo_camera Gasalla descubriendo la placa en el Concello, junto al edil de cultura y el alcalde

MÁS DE 40 AÑOS estuvo Ramón Gasalla al servicio de los vecinos de O Valadouro, un tiempo en el que ejerció de matrón y practicante con devoción. Una época en la que no son pocos los que recuerdan que nunca dejó de ir a ninguna casa, independientemente de los recursos económicos de las familias, muy poco boyantes en la mayoría de los casos en una zona rural donde los lujos eran pocos en la dura postguerra y la dictadura. No en vano, es conocido en el municipio como "o médico dos pobres", recordaba el alcalde de O Valadouro, Edmundo Maseda, encargado de entregarle el pergamino que le acredita como Hijo Predilecto, una distinción en la que tan solo le precede el escritor y dramaturgo Manuel Lourenzo. 

El acto oficial, que se desarrolló en la casa consistorial, incluyó la firma en el libro de oro del Concello del homenajeado, impecablemente vestido con traje y camisa azul y con una de sus inseparables corbatas, que formaron parte de su uniforme de trabajo durante más de cuatro décadas durante las cuales, como le gusta recordar, trajo al mundo a un millar de niños, entre ellos sus propios hijos. 

Una placa en el colegio recuerda las gestiones de Ramón Gasalla para lograr un centro donde todos pudieran estudiar

"Eu fun outro deles", recordaba el concejal de cultura, Eduardo Chao, el promotor del nombramiento, que fue respaldado por unanimidad por toda la corporación, lo que da idea del valor de su esfuerzo. "Traballou por todos e a xente quérelle ben", recordaba Chao en el transcurso de un acto en el que hubo representantes de todos los partidos políticos. 

A ellos se sumaron muchos vecinos que se acercaron a saludarlo ya a las puertas del colegio, donde se le dedicó una placa en reconocimiento a las gestiones para conseguir su ejecución y ante las que no se amedrentó tras la inicial negativa del alcalde y el gobernador civil en una época en la que resultaba tan fácil ser la nota discordante. Pero Gasalla, fiel a su línea de no discutir ni levantar la voz, logró convencerlos y fue "pioneiro" en traer para Ferreira un grupo escolar que acercara la educación a todos por igual. "Intentei que chegaran a algo", recordó en su improvisado y breve discurso en el que los asistentes asentían conocedores de la importancia que supuso romper la barrera entre ricos y pobres. 

‘A Ramón Gasalla Ónega, veciño de O Valadouro, con todo o agarimo do seu pobo, polas xestións feitas para que este centro saíra adiante’, reza en la placa a la entrada del centro, para que las generaciones actuales y próximas conozcan la historia del colegio que lleva el nombre de la patrona, Santa María de Ferreira. 

"Moita xente nos pregunta por el e achégase a saudalo e esas mostras de cariño son de por si proba suficiente do sentir xeral do pobo de Ferreira co meu avó"

El director del centro, Enrique Penabad, fue uno de los muchos vecinos que estuvo presente en esta segunda parte del acto, menos rígido en protocolo y donde la tensión de la primera hora se difuminó en cuanto Ramón subió por la rampa con ayuda de su bastón y pudo saludar a algunos de los vecinos y amigos que le aguardaban. "Non hai quen llos bote", reconocía uno de ellos en alusión a los cien años que lleva cumplidos Gasalla, natural de Santo Tomé. 

Su familia más cercana lo arropó como no podía ser menos en este día y junto a sus hijos Conchita y Guillermo, acompañados de sus parejas, José Antonio y Fernanda, y sus tres nietos, Alessio, Ana y Alba, disfrutaron de un día cargado de emociones. Una de las más intensas fue con la llegada de su única bisnieta, Valeria, con la que no se cansó de posar demostrando su pasión por los más pequeños y es que buena parte de los nacidos entre 1943 y 1985 lo hicieron en sus manos. 

Una vida de esfuerzo y sacrificio, de la que su familia se mostró muy orgullosa. "Eres un exemplo para todos nós", le recordó su nieta Alba, erigida en portavoz, que habló durante la comida que se celebró en el pabellón y a la que acudieron 150 personas, que quisieron devolverle parte de la gratitud demostrada por su trabajo. 

"Moita xente nos pregunta por el e achégase a saudalo e iso é algo que nos resulta moi emocionante, e esas mostras de cariño son de por si proba suficiente do sentir xeral do pobo de Ferreira co meu avó, xestos que son os que realmente chegan ao corazón dos que o queremos", recordó Alba, agradeciendo así a los vecinos su apoyo, que hizo extensivo al Ayuntamiento de O Valadouro "pola posibilidade de vivir este momento tan importante, que nunca pensamos e nin meu avó esperaba que se foran acordar del desta maneira", dijo.

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