El Brujo: ''Las mujeres de Shakespeare quedan por encima de los hombres en las emociones''

Rafael Álvarez, El Brujo.
photo_camera Rafael Álvarez, El Brujo.

Cuando coge el teléfono para contestar a la entrevista, Rafael Álvarez no se da cuenta de que ya es El Brujo y prolonga una conversación con una colaboradora sobre la higiene dental. Algo importante para una persona preocupada por el detalle y la limpieza, como demuesta en ‘Las mujeres de Shakespeare’, que representa hoy en Lugo.

La representación de ‘Mujeres de Shakespeare’ llega hoy a las 20.30 al Gustavo Freire de Lugo.

¿Por qué se centra en las mujeres de Shakespeare?

Fue por culpa de la lectura de ‘La invención de lo humano’, de Harold Bloom. Él hace un análisis de la obra completa de Shakespeare, y me llamó la atención su reflexión sobre los personajes femeninos. Destaca Rosalinda, que aparece en ‘Como gustéis’, ‘Trabajos de amor perdidos’ y que es el nombre de la muchacha de la que está enamorado Romeo antes de conocer a Julieta. La famosa ‘dama oscura’ de los sonetos podría ser también Rosalinda. No se la cita, pero la descripción que se hace en el soneto 127 coincide con la de Rosalinda en ‘Trabajos de amor perdidos’. Eso me llevó a pensar en que sería bonito hacer algo sobre las mujeres de Shakespeare, teniendo en cuenta cómo las crea, con tanta fuerza y tanto cuerpo.

Es sorprendente que Shakespeare les preste tanta atención en la época en la que escribía, a finales del siglo XVI y principios del XVII.

Sí, en esa época, la mujer tiene un papel relegado nominalmente según las costumbres, pero ejerce gran influencia en el hombre y a través de él. Estamos en la época de una reina como Isabel I, que era mujer y reina.

Shakespeare convivió con ella en aquel Londres de 100.000 habitantes. ¿Cree que eso influyó en su obra?

Isabel I fue una mujer que imprimió un carácter especial y tuvo gran presencia en la vida de la corte.

¿En qué se basó para seleccionar los fragmentos de obras que representa?

En la teatralidad que tenían y en que me permitiesen mostrar los puntos de vista más cómicos, como ese en el que Rosalinda se viste de hombre para enseñar a su amante como tiene que seducirla o en ‘La fierecilla domada’, con la rivalidad de Catalina y Petrucio.

No le sorprende que Shakespeare trate tan bien a sus personajes femeninos cuando él falló en su matrimonio.

Se fue a comprar tabaco y no volvió, como dice Anthony Burgess. Burgess cuenta muy bien la relación entre Anne la mayor, y otra Anne, que era una dama muy puritana con la que iba a casarse, pero se cruzó la otra y se quedó embarazada. También se habla de su homosexualidad, de sus aventuras,... lo interesante es su sensibilidad para entrar en los pormenores del universo femenino. Su condición de genio está por encima de su sexualidad, Shakespeare era un genio y eso está por encima de todo.

Rosalinda es protagonista. ¿Qué otras mujeres de Shakespeare veremos en la obra?

Utilizo la Rosalinda de ‘Trabajos de amor perdidos’, aunque abro con versos de Birón; no Byron, Birón. Son de un barroquismo y un sonoridad preciosas. Utilicé varias traducciones y me estuve asesorando con un profesor australiano de inglés, que me hizo la traducción a viva voz. En esta obra aparecen Catalina, protagonista de ‘La fierecilla domada’, y Julieta, la de ‘Romeo y Julieta’.

Son personajes totalmente distintos. Catalina es una mujer resuelta y Julieta, una pusilánime.

Son dos aspectos radicalmente distintos de la mujer, que es lo interesant-e en Shakespeare; es como un caleisdocopio mirado a un lado y al otro. Pero Catalina y Rosalinda son las más contrapuestas. Con los personajes que elegí, busqué reflejar aspectos variados de la mujer. Todas tienen algo en común, que es la fidelidad en el amor, en el concepto del amor. Quedan por encima de los hombres en el ámbito de las emociones.

¿No le fue difícil renunciar a personajes de la fuerza de Lady Macbeth o de Gertrudis, la madre de Hamlet?

Mi intención era hacer dos espectáculos con obras de Shakespeare. Uno con las comedias, que es el que hice basándome en las mujeres, y otro como una especie de investigación del lado más esotérico, de la dimensión filosófica que aparece en las tragedias.

¿Por qué incorpora el dramatismo de Julieta?

Tanto Julieta como Lady Macbeth representan a víctimas de la tragedia.

¿Ve usted a Lady Macbeth como víctima? Más bien es una manipuladora cruel.

Sí, pero acaba siendo víctima de su violencia. Al final, toda la energía de sus planes la lleva a la catástrofe.

Julieta representa entonces a una mujer que es víctima de su inocencia.

Estoy absolutamente de acuerdo.

Es que yo también leí el ensayo de Harold Bloom.

¡Ah! Muy bien.

PUESTA EN ESCENA
Las obras quiero que sean comprensibles, sencillas y divertidas, por razones obvias

>El intérprete asegura que lascomedias de Shakespeare «se me pusieron en medio y las concibo como un aperitivo de otro proyecto, pero tuve que elegir entre las comedias y los dramas porque no dispongo de un montón de tiempo para representar todo, no es una conferencia».

‘Mujeres de Shakespeare’ tiene elementos de conferencia, tanto en la concepción como en la puesta en escena, que es muy sobria.

Sí, es verdad que hago una conferencia en la que expongo unas tesis y, cuando tengo que demostrarlas, recurro al teatro.

¿La puesta en escena busca concentrar al público en su palabra?

Las obras quiero que sean comprensibles, sencillas y divertidas por razones que resultan obvias. Lo hago tocando temas que me interesan, pero el que hace una lectura de los chistes, pues está muy bien que se vaya contento para casa. El que hace una lectura profunda porque su preparación se lo permite, pues mejor. Hay varios niveles de comprensión, varias capas de cebolla, tanto para el especialista como para el campesino.

Lo mismo que hacía Shakespeare, que debía entretener a grandes colectivos a la vez que buscaba hacer un teatro profundo para ganarse un crédito como autor.

Exactamente, como hacía Shakespeare.

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