Racionalizar a Georgie Dann

Inundación en el restaurante O Almacén, en Cervo.
photo_camera Inundación en el restaurante O Almacén, en Cervo.

EN DÍAS como el de ayer o el 30 de septiembre, en las redacciones gallegas es habitual ver a periodistas ‘bañándose’ en números, intentando desentrañar los presupuestos de la Xunta (ayer) o del Estado (el último día de septiembre). A lo inextricable de las cuentas públicas, hay que sumar la posibilidad de que se nos despisten las que se ocultan en entes autónomos, sociedades públicas, fundaciones... lo que se llama, en resumen, administración paralela. La Crisis ha sido un elemento muy bueno en este sentido, y es que ha obligado a todo tipo de gobiernos a una apurada poda de este árbol lleno de ‘chiringuitos’.

Cada cierto tiempo, los gobiernos nos comunican que han cerrado un puñadito más de estos ‘chiringuitos’. Y el ciudadano desinformado lo agradece, aunque la poda a veces es puro maquillaje. Habría que recordar por qué se pusieron en marcha estos organismos. La teoría decía que era para aplicar criterios empresariales privados a temas públicos o, dicho de otra forma, para conseguir una gestión más eficaz. Lo cierto es que este tipo de órganos solían escapar al control de los que tenían que vigilarlos: el pleno, los parlamentos... Y, al mismo tiempo, eran una tapadera para colocar gente.

En Lugo los hemos tenido (o tenemos) en todos los ámbitos. La Diputación dio ejemplo hace meses liquidando el Inludes, uno de los grandes ‘chiringuitos’ de la era del PP. Y la Xunta también suprimió varios que afectaban a la provincia, como alguna fundación comarcal, esos entes que muchos no acabamos de entender... y más cuando el plan de comarcalización de Manuel Fraga y Andrés Precedo quedó en el aire.

El pasado 19 de septiembre, el Consello de la Xunta anunció la revisión de otros 32 ‘chiringuitos’, para ver qué hace con ellos. Entre los afectados están Fundación de Sotavento de Galicia y Sotavento Galicia, S.A., dos entes nacidos del mismo sitio: el parque eólico experimental de Xermade. La revisión puede que acabe con la eliminación de uno de los dos o su integración dentro de otro ente. Yo tengo especial curiosidad por ver qué hacen con el Instituto Galego de Estatística, uno de los que se van a revisar. ¿Acabarán integrando los números en el instituto público energético gallego, Inega? ¿En el Centro de Transfusión? ¿En Sogama, que sería una sutil forma de mandarlo a la basura (los números los carga el diablo)?

Tanta poda queda, a veces, en puro humo. El Gobierno central ha eliminado, por ejemplo, el centro de cría caballar de Ávila, pero ni el ente era paradigma de despilfarro ni va a desaparecer, porque se integrará dentro del organigrama de Defensa. O sea, mucho ruido y pocas nueces.

Mientras se produce este debate, en otros sitios siguen derrotero diferente. En Lugo, por ejemplo, se acude a una empresa para gestionar el agua. La otra que mantiene el Ayuntamiento, Evislusa, está llamada a desaparecer cuando se empiece a aplicar la recién aprobada reforma local. Y es en el ámbito municipal donde se encuentra un buen ejemplo de entes ahora inútiles: las mancomunidades de municipios, al menos en Lugo. Cuando todo esto cierre, posiblemente lo hará sin pena ni gloria, como, en algunos casos, fue su gestión. Eran más divertidos, está claro, los ‘chiringuitos’ que cantaba Georgie Dann.

POSDATA

¿Qué es más fascinante en el ‘caso Alvaro Gil’? ¿La tardanza de la Xunta en iniciar la declaración de BIC? ¿O la sutileza (diplomática) de Mario Outeiro anunciando, tras la ruptura con los herederos, un agasajo al mecenas?

Acaba una semana llena de acontecimientos históricos

A ESTA semana sí que podemos llamarla histórica con propiedad. Porque, ¡por fin!, han ocurrido cosas con las infraestructuras de Lugo. Hemos comenzado los derribos en Paradai (ese plan de 1999), empezamos a construir un puente sobre el Miño en la autovía a Santiago (esa obra adjudicada en 2008), vamos acabando la A-8 (esa primera piedra de 2004), inauguramos el nuevo puente romano (esa obra para cuatro meses que duró diez) y hasta arreglamos lo del cuartel de San Fernando... Ah, no, lo de San Fernando, no.

Y esto último también es histórico: porque es la misma historia de siempre, el proyecto que se alarga en el tiempo y que, entretanto, da juego para la habitual gresca política.

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