Si todas las promesas se cumplieran, los sarrianos irían por autovía a Lugo, tendrían un segundo juzgado, jugarían en una gran plaza en Outarela, disfrutarían de un auditorio, presumirían de una Torre da Fortaleza pública y nadarían en las cálidas aguas de una piscina. Pero la realidad es otra y, al margen de grandes proyectos, otros más pequeños se quedaron en el tintero, por falta de financiación, dudosa utilidad, por ser inviables o por cambios en las prioridades del gobierno.
La Casa das Arsenias, también conocida como Casa dos Ulloa y situada en la Rúa Maior, es uno de esos inmuebles para los cuales todos los mandatarios tuvieron planes, pero nadie los ejecutó.
El edificio, en estado de ruina, pasó a manos públicas en el año 2005 y, desde entonces, fue propiedad del Concello y de la Xunta. Las expectativas para esta vivienda pasaron de ser oficinas municipales a pisos de alquiler para jóvenes y un centro social para uso público en la parte posterior del solar, aunque ni unas ni otras llegaron a plasmarse porque la reforma nunca se puso en marcha.