La cooperativa de porco celta de la parroquia de Goó, en O Incio, viajó a otros puntos de España y a Portugal para conocer las técnicas de elaboración y comercialización del cerdo ibérico, que aplicarán luego a su trabajo, y al mismo tiempo dar a conocer el producto gallego.
El viaje, de cuatro días de duración, estuvo financiado por la Consellería de Medio Rural e incluyó la visita a varias empresas de España y el país vecino dedicadas al cerdo ibérico. «Coñecemos como traballan cos ibéricos, sobre todo cos xamóns. Aplicaremos aquí a súa forma de traballo porque lévannos moitos anos de ventaxa. Nós estamos nacendo. Enseñáronnos como funcionan alí, os erros que cometeron para evitalos. É realmente interesante», señaló el presidente de la cooperativa de O Incio, Carlos Gallego.
Los productores de O Incio visitaron la cooperativa Bajo Duero, que vende sus productos en toda Castilla La Mancha. Los socios de Goó subrayaron de la sociedad castellana su manera de autofinanciarse. «No dependen para nada de los créditos bancarios, son los socios quienes financian a la cooperativa. Si un socio necesita financiación, la misma cooperativa le prestará el dinero», apuntaron los productores. Esta firma comenzó su actividad hace más de un cuarto de siglo con 300 socios y hoy tiene más de 9.000. La cooperativa, además de dedicarse al cerdo, tiene surtidores de gasóleo, teléfonos móviles o servicio de asesoría a ganaderos, entre otras actividades.
Asimismo, recorrieron las instalaciones de varias empresas dedicadas a la fabricación de jamones. En el país vecino los socios de la cooperativa visitaron alguna explotación de cría de cerdos, como en Braganza.
Una quincena de productores de O Incio participa también en un curso de producción, elaboración y comercialización del porco celta, impartido por varios ponentes en el local social de la parroquia de Goó y finalizará este mes.
La cooperativa de O Incio lleva dos años trabajando, de los cuales uno se dedica a la elaboración de productos de cerdo y a la cría de animales para matanzas a domicilio. En ella están intregrados cerca de una veintena de vecinos, que reúnen cuarenta hectáreas de terreno en las que pastan en libertad unos 200 animales.
