Primeras nieves y noticias calientes

ESTE OTOÑO parecía que iba a tener un tiempo muy suave, de esos cortos períodos que suponen contraste y sirven como argumento tópico para hablar del cambio climático a quienes somos profanos. Pero con la sentencia del Prestige llegaron las primeras nieves a la montaña lucense. El frío penetró también en la opinión pública: nadie es responsable de que esa «chatarra», como denominó Núñez Feijóo al barco, navegase con tal carga de chapapote para manchar de negro las costas gallegas. Frío también lo produce que vuelvan a la carga desde Bruselas con la petición de más ajustes para España, precisamente después de que se anunciase que el rescate de la banca española había terminado. El rescate fue inyección de dinero público. Los ajustes, como las reformas que piden -esta semana el presidente del BBVA- que continúen, son más frío para el ya deteriorado poder adquisitivo de las nóminas de los funcionarios, de los asalariados, autónomos y de lo que ahora puede volver a llamarse, como antes, sufridas clases medias. Frío supone que una persona que no aprobó ni un curso de la carrera de medicina ejerza durante años, como informó este periódico el sábado. Fallaron los controles, como sucedió con las auditoras de las finanzas y las grandes compañías. Algo de clima invernal hay en la noticia de que una diputada socialista guarde el coche averiado de su hija durante siete meses en el aparcamiento del Parlamento y un vigilante de seguridad denuncia un intento de atropello. Hay una denuncia. Habrá que esperar. Entretanto, un cierto atropello al menos en las formas pudo haber. No es eso lo que cabe esperar en estos tiempos de un representante público. Del nuevo líder de los socialistas como del nuevo portavoz parlamentario, con la presunción de inocencia siempre, podría esperarse algún mensaje más a la hora de valorar estos incidentes.

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