Al que hasta ahora era el enemigo número uno de las plantaciones de maíz en la comarca chairega, el jabalí, le ha salido un duro rival, el cuervo. Su presencia es cada vez más constante en las fincas de varias parroquias de Castro de Rei, como San Xiao de Mos, Triabá, Matodoso o Ribeiras de Lea, así como en la vecina Xustás, de Cospeito.
«Sementei unha finca de dúas hectáreas e lévanme comido polo menos hectárea e media», apunta Antonio Balado, cuya previsión de cosecha ha sufrido un duro revés ante la presencia de estos pájaros que, según explica, han migrado a esta zona en los últimos tiempos por la existencia de muchas extensiones arboladas.
«Botei o millo o 18 de maio e foi das primeiras fincas nas que naceu da zona, por eso se ensañaron con el», puntualiza, cifrando las pérdidas en unos 1.500 euros por hectárea, entre el coste de la semilla, el trabajo, la maquinaria