Lóstregos por fruÍme

Núñez Feijóo realizó su aportación sobre las cajas gallegas,un diagnóstico que merece atención; marcó distancias con la reforma que en las administraciones públicas plantea el Gobierno, a la que desde ángulos diferentes se acusa de centralizadora, y la semana deja en el plano internacional el golpe de Estado en Egipto, la frustración de la vía que se observaba para la viabilidad entre política islamista y democracia. Democracia que conviene recordar no se reduce a la celebración de elecciones, tal como afirmó Le Monde, incluye necesariamente gobernar para todos y respetar las reglas de juego. En un plano interno europeo, además del escándalo del avión de Evo Morales sobre la UE, un espectáculo bochornoso para quienes critican las escuchas y espionaje de Estados Unidos, la semana deja nuevas dudas abiertas en Portugal. Egipto es clave en el complicado escenario de Oriente Próximo, es clave para las economías occidentales por su posición y el paso del canal, y es un referente para el camino que puedan seguir las llamadas primaveras árabes. El mundo occidental practicó de nuevo el cinismo ante una medida de fuerza frente a un presidente salido de las elecciones, con independencia de que el ensayo democrático con los islamistas en el poder se hubiese conducido hacia el fracaso o la imposibilidad. Si el foco regresa de nuevo al escenario gallego, la toma de posición de la Xunta de Galicia frente a la reforma de las administraciones supone optar por el ahorro, la reducción del gasto, frente al temor de que el objetivo de otros sea la recentralización de España. La semana dejó también un cierto aire de esperanza en materia económica, con menos parados, pero sobre todo con la política de tipos de interés que anunció el Banco Central Europeo. El paro, con la corrupción, son los problemas que preocupan, según el barómetro del Cis. Al paro le hará frente solo la reactivación de la economía, y la corrupción -no son causas generales- tiene pendiente la respuesta de los partidos.

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