Si hay algún producto del que presume Portomarín es de su rico aguardiente, al que se le dedica hasta una fiesta anual que cumplirá en unos días una nueva edición, pero sus vecinos también saben elaborar muy buenos vinos. Demuestra esa calidad la bodega que acaba de abrir Sandra Rodríguez Vázquez en Cabanas de San Fiz, la única del municipio adscrita a la denominación de origen Ribeira Sacra. Esos caldos se podrán degustar desde hoy en el furancho que ha habilitado en la explotación que regenta.
Aunque se acaba de embarcar en este proyecto, Sandra Rodríguez no es una recién llegada al sector vitivinícola ya que posee diez años de experiencia en este mundo, aunque hasta ahora servía su producción a otra bodega que vende caldos amparados por ese mismo consejo regulador.
Al final, se animó a abrir la suya propia, adscrita a la subzona de Chantada de esa misma denominación de origen, y el resultado acaba de ver la luz estos días, en forma de 900 botellas bajo la marca Briana, con caldos elaborados a partir de uvas de la variedad mencía. "Empezamos con esa cantidade e esperamos pouco a pouco aumentar a produción", adelanta la bodeguera, que cuenta con el asesoramiento del enólogo Roberto Regal.
Según explica, siempre le interesó ese mundo y cuando cogió las riendas de la explotación láctea familiar decidió que el vino adquiriese un papel protagonista. "Na casa sempre se fixo, pero para autoconsumo, e desde que cheguei xa empezamos a facelo para bodegas", explica. Ese cambio tiene un claro reflejo en la superficie que ocupan las vides, que pasaron de abarcar poco terreno a haber "23.000 metros cuadrados na denominación de orixe".
El pasado fin de semana, en la feria del vino de Chantada, los vinos Briana pasaron con nota la prueba de fuego, la acogida del público. "A xente que o probou dixo que lle gustara moito, quedamos moi contentos", recuerda de esa experiencia.
ABRE UN FURANCHO. Este viernes Sandra Rodríguez verá materializada otra parte importante de su proyecto, al abrir al público un furancho. Lo acondicionó en un inmueble anexo a la explotación que se usaba como pajar y que remodeló respetando los materiales originales.
En el local, llamado Adega de Cabanas, se servirán los vinos de la bodega acompañados de tapas, a semejanza de los furanchos típicos de otras zonas de Galicia como la provincia de Pontevedra, que en Lugo aún se prodigan. "Empezaremos abrindo venres, sábados, domingos e festivos, polas tardes, pero a idea é ampliar os horarios se hai demanda", explica.
Sandra Rodríguez tiene más proyectos en mente, como ofrecer visitas guiadas y actividades enfocadas a peregrinos, aunque sin descuidar su gran objetivo, ofrecer "un viño de calidade".
