Portomarín celebra las bodas de oro de su sacerdote, Antonio López

Antonio López -derecha-, en un curso de informática (Foto: S. Senande / AEP)
photo_camera Antonio López -derecha-, en un curso de informática (Foto: S. Senande / AEP)

Los vecinos de Portomarín están organizando un homenaje a su párroco, Antonio López Vázquez, por sus 50 años de sacerdocio, 48 de ellos en la misma parroquia. Será el día 23, con una misa y una comida.

Antonio López Vázquez, de 77 años de edad, se ordenó como sacerdote en Agosto de 1961. Natural de Palas de Rei, cuenta que debe su vocación, sobre todo, a la educación que recibió de su familia y al párroco que había en Palas de Rei en ese tiempo.

El clérigo llegó a Portomarín en 1963, año en que se inauguraba la nueva villa después de que el embalse anegase viviendas, huertas y mucha historia. «Cheguei a Portomarín nun momento difícil, todos empezábamos de cero», recalca el clérigo. Recuerda con emotividad al último párroco que vivió en la casa rectoral antes de que el río Miño la cubriese, Domingo de la Fuente Cela. «El quedou alí ata que a auga lle chegou mesmo á porta», cuenta.

El párroco vivió con los feligreses el inicio de una nueva vida «con coraxe e fe». Rememora también cómo un día cualquiera, recorriendo las calles de Portomarín, se paró a hablar con una señora mayor y le comentó lo bonita que había quedado la iglesia una vez reconstruida, a lo que la señora le contestó con efusividad: «Pero se é unha merda! Fíxate nas esquinas do retablo, seguen coma antes». Antonio López sonrió a la señora con complicidad sabiendo que lo que decía era cierto, por eso hoy, después de tantos años, todavía lo sigue recordando.

El párroco lleva ya medio siglo de sacerdocio, en el que le ha dado tiempo a bautizar y casar a las mismas personas. Tiene guardadas en la memoria cada una de las celebraciones en las que participó, pero hace alusión, con especial cariño, a la boda «dun electricista que casou cunha rapaza de Lugo»

En todos estos años no cree que se haya perdido la fe, a pesar de que hubo momentos en los que «non había moita xente na misa» ya que, según Antonio López, «marchaban de Portomarín para as cidades a buscar traballo».

El párroco, además de la parroquia de Santa María de Portomarín, lleva las de Santa María de Cortapezas, San Juan de Loio, San Martiño de Vedro, San Martiño de León e San Nicolás. Antonio López recalca que la relación con todos sus feligreses «non pode ser mellor». Afirma que todos juntos forman «unha gran familia».

Este sacerdote, ya septuagenario, seguirá por el momento al frente de todas las parroquias y no quiere pensar en la jubilación. Señala que «ata que o xefe mande hai que seguir coas botas postas».

El acto de homenaje será el sábado día 23. Se celebrará una misa en la iglesia de Santa María de Portomarín a las 13.30 horas y, a continuación, una comida en la Pousada. Las invitaciones para acudir a la comida están a la venta en el Café Bar España de Portomarín. El organizador del acto, José Veiga Maceda, compañero de profesión de Antonio López, recalca sus años de vocación y agradece, junto al resto de feligreses, la labor del párroco. Al acto está previsto que acudan numerosas personas, entre ellas el pintor sarriano Rodim, que ha adelantado que le regalará al párroco un cuadro por su desinteresada colaboración con el club náutico.

El homenajeado resta importancia a su labor y afirma que «a homenaxe é para a parroquia, non para min».

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