La localidad de As Pontes se volvió a teñir del verdor de uno de sus productos estrella, el grelo, en su trigésimo séptima feria monográfica, que logró movilizar a cientos de vecinos, visitantes y curiosos llegados desde distintos puntos de la comarca.
El tiempo, a diferencia de otros años, jugó a favor, y se vivió una jornada con nubes y temperaturas cálidas, ideal para disfrutar de las propuestas programadas por el concello pontés y dirigidas a todo tipo de públicos.
El acto central fue una vez más el certamen de cestas, que repartió importantes premios. Hubo menos productores que otros años, alrededor de medio centenar, pero la calidad de los grelos presentados fue «moi boa», según destacó el jurado, que otorgó el máximo galardón, valorado en 300 euros, a Josefa Basoa.
Josefa Filgueiras y Cynthia Arias, ambas con grelos de O Aparral, se conformaron con el segundo y tercer puesto, respectivamente. Las tres productoras premiadas destacaron la excelencia y calidad del producto, en una campaña en la que «choveu pouco e as xeadas non foron moi fortes».
«A diferencia doutros anos para apañalos non tivemos que mollarnos», explicó la vencedora con una sonrisa y una cesta con más de 50 kilos de grelos, «moi contenta» con el reconocimiento del jurado.
Este entregó además cuatro accésits, que recayeron en Emérita Pico, Telmo Carballeira, Raquel Carballeira y María José Castro. Al igual que el pasado año, también se concedió el premio especial Alexandre Pérez Sindín, que fue a parar a María Luz Vázquez.
Además del tradicional concurso de cestas, los vecinos y visitantes que se acercaron ayer a As Pontes pudieron disfrutar de exhibiciones en vivo de Amigos da Madeira, además de adquirir productos y conocer el trabajo que desarrolla la Federación de Mulleres Rurais (Fademur).
También continuó abierta por segunda jornada consecutiva la muestra con diferentes variedades de camelias, y la de razas autóctonas de Galicia, en la que los asistentes pudieron descubrir las características de la galiña de Mos, el can de palleiro, el porco celta o la oveja gallega.
A todo esto se sumó la animación musical por las calles, que corrió a cargo de No Cómbaro y os Feroces da Galgueira, y un multitudinario concierto de Radio Cos, al que le siguió otro de Pelepau.
Para reponer fuerzas después de una jornada maratoniana de fiesta, muchos de los asistentes decidieron aprovechar para degustar el menú de cocido completo que se sirvió en una carpa en el colegio Santa María, o hacer cola para probar los sabrosos freixós, de los que se elaboraron varios miles de raciones, redondeando una feria gastronómica que sigue en pleno crecimiento.
