Pólvora y música

Viernes. Afortunadamente, continúa el Xacobeo cubriendo con creces espacios culturales desatendidos.

Xacobeo y Turgalicia, entes adscritos a la Consellería de Innovación e Industria, han puesto en marcha una colección de libros-disco titulada ‘Itinerarios históricos-musicais’, encaminada a la recuperación del patrimonio musical gallego. Las tres primeras entregas de la serie están dedicadas a Pontevedra, Celanova y Rianxo. La cuarta, que acaba de salir, a Mondoñedo.

Es frecuente que al hablar de la música en Mondoñedo nos limitemos a mencionar los nombre de Veiga y de algún maestro de capilla de la catedral, como Pacheco o Ventura y Roel. A veces, lal memoria se extiende a Manuel o Coruxeiras, gaiteiro entre los mayores de Galicia, y a Ledo Bermúdez, O Pallarego, maestro de pulso y púa, y fundador de la rondalla El Eco, para la que escribió muchas coplas Álvaro Cunqueiro. Pero músicalmente Mondoñedo es mucho más que media docena de nombres, como tantas veces se encargó de recordarnos, en estas mismas páginas, nuestro amigo Jesús de Laredo, quien conservaba en su imprenta un cartel de cuando la Banda de Música de Madrid, dirigida por el maestro Villa, tocó en la alameda de Os Remedios.

Yo creo que todavía sigue existiendo, aunque me temo que inactiva, la fundación Lodeiro Piñeiroa, constituida por los años de la República y que solía organizar, cuando las copatronales de Os Remedios, un concurso de bandas. Alguna vez lo ganó la de Lugo. Lodeiro Piñeiroa había sido músico mayor, o sea director, de la banda del Regimiento de Alcántara: ¡tiempos gloriosos en los anales mindonienses! Había compuesto un pasodoble, Os Pelamios (ya saben: donde la fuente más caudalosa de Galicia), que nunca logramos escuchar.

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Miércoles. Por aquello de la Ley de Memoria Histórica, el Ayuntamiento de Sevilla anda a vueltas con el rebautismo de algunas calles. Indignados por lo que se les viene encima, los vecinos de algunos barrios han constituido la plataforma ‘No me compliques la vida’. Esta asociación advierte a los ciudadanos que si se lleva adelante el cambio de la epigrafía callejera, ellos, los vecinos, van a tener que cambiar su DNI, el carné de conducir, el recibo del agua, el recibo de la luz, las cartas del banco, el pasaporte, la tarjeta de la Seguridad Social, la del paro, los permisos y las licencias, además de aguantar pérdidas y retrasos en la correspondencia. La plataforma dirige a los vecinos preguntas como las siguientes: “¿Los políticos van a ponerse a la cola para arreglarte estos trámites?”, “¿Es que los políticos no tienen otros problemas que solucionarnos?”.

Me temo que cunda el ejemplo.

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Jueves. Día, más vacacional que reivindicativo, del 1º de Mayo. La CIG por su lado. Comisiones y UGT, por el suyo. La precariedad en el empleo, el paro, la carestía de la vida, ¿no son acaso problemas comunes a todos los trabajadores, independientemente de la vinculación política del sindicato al que pertenezcan? Parafraseemos el conocido refrán: A sindicalismo revuelto, ganancia de empresarios.

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Viernes. Por eso del bicentenenario, el día de hoy tiene este año una especial relevancia. Está previsto que los Reyes asistan esta tarde a los actos que se celebrarán en Móstoles, el pueblo madrileño cuyo alcalde, Andrés Torrejón, firmó el famoso requerimiento a los españoles para que acudiesen a salvar a la patria. Si la salvaron o la hundieron es cuestión todavía sin dilucidar.

El historiador Arsenio García Fuentes ha estudiado con minuciosidad exahustiva los acontecimientos del 2 y 3 de mayor de 1808 en Madrid. Se recogen en su libro “El grito de una nación”, que acaba de publicarse. Entre otros datos de no menor interés, revela las identidades de 17 gallegos que lucharon contra los franceses en las calles de la capital de España. Siete eran lugueses y de ellos, cuatro de Mondoñedo, oficiales de pala en tahonas madrileñas. Ya se sabe que durante todo el siglo XIX y buena parte del XX en las mejores tahonas de Madrid se tenía a los panaderos mindonienses como los mejores de su oficio y, por consiguiente, los más apreciados por los patronos.

A mí me gustaría que el bicentenario de la llamada Guerra de la Independencia también encontrase en Lugo eco conmemorativo. Puestos a precisar, a nosotros el encaje de la efemérides no nos corresponde hasta enero de 2009, es decir, dos siglos después de la batalla de Conturiz y la entrada en la ciudad de las tropas de Soult y Ney, con su pavorosa secuela de saqueo y pillaje. Pero aquella guerra, horrible como todas, también reportó algún beneficio a los lucenses. El primer periódico impreso en la capital nace nace a consecuencia de la contienda y es una gaceta de combate, si bien enriquecida con información local. Se trata del ‘Boletín de campaña del Estado Mayor del Sexto Ejército Español’, el cuerpo que mandaba el general Abadía. Una joya hemerográfica.

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